Día 2 de septiembre de 2019 a las 23:55 horas. En las oficinas del CD Mirándés sitas en la calle Francisco Cantera, número 1, de Miranda de Ebro reciben toda la documentación y pueden inscribir por fin al filo del plazo de la ventana estival, aunque el jugador había quedado libre y por tanto se podría haber hecho a posteriori en el caso de disponer de fichas libres, a Mickael Malsa. La prueba que lo corroboa es que el futbolista todavía aparece validado en la web oficial de LaLiga a día 3 de septiembre. El futbolista con pasaporte francés se ha desvinculado del club holandés del Fortuna Sittard con el que aún le quedaba un año de contrato. La temporada anterior había estado cedido en el Albacete donde tuvo un rol secundario (participó en muchos partidos pero de forma residual) y tras no ejecutar el club manchego la opción de compra que tenía para hacerse con sus servicios, el jugador había quedado fuera incluso de su club propietario que le da la carta de libertad para poder ahorrarse su ficha. En ese momento es cuando Chema Aragón, director diportivo del conjunto burgalés, atento a la situación de antemano da el paso y apuesta por él para reforzar el eje la medular. Tiene 23 años.

Fue el último en llegar a la plantilla de un CD Mirandés en el que Iraola dejó claro que el futbolista necesitaba un tiempo de adaptación. De hecho el francés en las jornadas 4 y 5 fue convocado pero ni tan siquiera llegó a saltar al césped, y en la sexta apenas jugó un cuarto de hora. Fue a partir de la séptima ante el Alcorcón cuando entró en el once inicial y desde entonces hasta hoy, con alguna excepción puntual o forzada, ha sido indiscutible y su proyección ha sido meteórica.

Su rendimiento en LaLiga Smartbank ha sido clave en el equipo burgalés aunque sin duda su principal escaparate ha sido la Copa del Rey realizada por el grupo dirigido por Iraola en la que, ante rivales de superior categoría como son Celta, Sevilla y Villarreal, todos ellos pertenecientes a LaLiga Santander, fue pasando rondas hasta caer en semifinales ante la Real Sociedad, eso sí, de forma ajustada.

Objeto de deseo

Malsa termina contrato el próximo 30 de junio (salvo que la normativa cambie de forma excepcional a la espera de ver cómo se resuelven los contratos que se extinguen en esa fecha si la temporada se va a más allá como consecuencia de la crisis del coronavirus) y aunque el RCD Mallorca quiso firmarlo en el mercado invernal -antes de su explosión definitiva en Copa-, el conjunto bermellón no dio el paso definitivo cuando costaba 750.000 euros. Ese habría sido el único camino para que el Mirandés hubiese podido obtener algo de dinero por él ya que ahora, libre, se marchará en junio habiendo dejado en Anduva únicamente un buen sabor de boca.

Su buen rendimiento sobre el verde unido a esa circunstancia contractual sin duda apetecible, en un contexto además incierto en lo económico debido a la coyuntura actual como consecuencia de la expansión del COVID-19, ha hecho que prácticamente la mitad de equipos de Primera División -el futbolista encaja más en los de perfil medio o bajo a día de hoy- estén tras los pasos de un Mickael Malsa al que le han bastado siete meses para que su vida haya dado un giro copernicano. De no tener equipo en septiembre todo apunta a que estará en LaLiga Santander la próxima campaña, y la opción de Orriols está sobre la mesa.