La Ciudad Deportiva de Buñol ha empezado a prepararse para recibir el próximo sábado al Levante UD. A la espera del resultado de los tests y del resto de los requisitos del protocolo de LaLiga, se trata del plan previsto para la vuelta a los entrenamientos siempre y cuando no haya ningún positivo en las pruebas del martes al jueves. Todo tiene que estar esterilizado, hasta los balones y la hierba. Y es que los jugadores no son los únicos que necesitan la famosa etiqueta de Covid-Free (libre de Covid).

De las 50 personas incluidas en la lista de trabajadores «esenciales» para el regreso a la actividad, más de la mitad son futbolistas contando tanto a los 23 de la primera plantilla como a los seis canteranos que van a estar a las órdenes de Paco López. El resto del listado está compuesto básicamente por técnicos, médicos, fisioterapeutas, utilleros y demás personal de servicio. Hasta la fecha el club granota se encuentra entre los clubes que no han reportado ningún caso.

Los futbolistas de la primera plantilla, que en sus declaraciones públicas se han mostrado partidarios del regreso a la competición, pueden desde ayer salir a correr al aire libre y dejar de hacerlo en las cintas de sus domicilios. Tienen el permiso del club, que además los ha dotado de mascarillas especiales.

La iniciativa ha sido del jefe de los servicios médicos, Miguel Ángel Buil, quien decidió que se les enviasen a todos para que fueran acostumbrándose. Sin embargo, a diferencia de lo ocurrido en Alemania, no está previsto que se usen sobre el césped. Los jugadores solo se las pondrán cuando coincidan con otros compañeros en espacios cerrados como el gimnasio. La mascarilla está hecha de material de neopreno y nylon y tiene un filtro para partículas. Su precio ronda los 15 euros, aunque está agotada en muchos establecimientos online.

Medidas de seguridad

El protocolo de LaLiga se compone de cuatro fases. Si en las tres primeras hay tres positivos ya no se podría pasar a la cuarta. Sin embargo, con controles tan exhaustivos a los jugadores es improbable que eso ocurra. Los infectados tendrían que estar dos semanas confinados junto a sus familias para evitar nuevos contagios.