Antes de la crisis del coronavirus el Levante UD ya tenía un problema con la mayoría de sus futbolistas cedidos. A excepción de Simon, Pepelu y Sadiku, los demás se han seguido devaluando. Sobre todo Dwamena, Luna e Ivi. La pandemia lo ha complicado todo aún más. Se mantiene la incertidumbre sobre los ingresos mientras que el mercado apunta a la contracción. Entre salarios y amortizaciones hay comprometidos 11 millones del fair-play.

Después de haber invertido 40 kilos en traspasos durante la anterior etapa, el actual área deportiva volverá a verse en la obligación de seguir fichando a coste cero. No queda otra y así lo ha transmitido ya el propio Quico Catalán. El cóctel se completa con la inflación de salarios. Por un lado las renovaciones de Paco López y Aitor se han pactado en diferido. Por el otro la de Morales sigue aplazada aunque con un compromiso verbal de por medio. Raphael Dwamena sigue empeñado en volver a jugar y no arroja la toalla. Aunque carece del alta médica y está sin ficha tras pasar por el quirófano. Por el valor de su traspaso y los 800.000 euros de su ficha es uno de los jugadores que más espacio ocupan dentro del fair-play.Con Pepelu, que ha alcanzado la internacionalidad sub-21 en el préstamo al Tondela, los técnicos tienen que decidir si apuestan por él en el primer equipo o si lo ponen en el mercado. Fran Manzanara, cedido en la Ponferradina, encontrará «overbooking» en la medular. De cesión en cesión, Ivi no ha levantado el vuelo, después de pagar más de un millón viniendo de Segunda y con una ficha de 700.000 que no se ajusta a su rendimiento. Sadiku lleva 10 goles en 26 partidos con el Málaga y puede tener mercado en Segunda División. Antonio Luna queda fuera de mercado, Doukouré lleva medio año sin jugar al romperse el cruzado. El Nnates ejercerá la opción de compra de Simon (5 millones).