Paco López es un tipo afable y familiar, también prudente, muy en las antípodas del Gary Cooper que interpreta en su faceta como entrenador. En el banquillo Paco se transforma y saca a relucir su perfil atrevido, solo ante el peligro y líder absoluto. Nadie le tose en la caseta, no porque su gestión se base en tics autoritarios sino porque la ascendencia moral con los jugadores se la tiene ganada. Ha sido así, a sus órdenes, como la evolución futbolística del equipo se ha hecho imparable.

El Levante es un fiel reflejo de la manera de ser y trabajar de Paco, responsable de trascender la historia y haber cambiado el carácter de un club en el que lo del yunque de la adversidad es un axioma caducado. No quedan complejos en Orriols, donde el técnico de Silla no habla de su huella sino de la que deja el equipo. Lo hizo en el Wanda, donde remarcó la palabra «en mayúsculas». Puede parecer una frase hecha, pero no lo es. De hecho se trata de lo más difícil de conseguir.

El método ‘Paco López’ está siendo elogiado de manera unánime, incluso por los que siguen aprovechando la mínima ocasión para menospreciarlo: un día es por su estilo desenfadado y otro por las rotaciones que precipitan alineaciones siempre indescifrables para el público general. Hay veces que hasta para los propios futbolistas, aunque lo importante es que la sorpresa continúe siendo para los rivales.

El colectivo

Una de las grandes recetas del éxito es que haber alineado los objetivos individuales con los colectivos. Se ha construido un verdadero EQUIPO. Sin fichajes de relumbrón, menos todavía en una época de contracción en el mercado, es curioso que el pico más alto de rendimiento haya coincidido con Campaña fuera de combate. Que la lesión del jugador franquicia haya coincidido con el ascenso del equipo no es una causa-efecto pero sí un dato que tener en cuenta.

El clima positivo de trabajo y comunicación es una de las características que mejor definen el día a día del Levante. En este sentido, Paco y su cuerpo técnico han potenciado al máximo la figura de los capitanes como líderes del vestuario además de mediadores en la resolución de conflictos. Hay un verdadero diálogo, también en los momentos de disensión que ha habido. «Seguiremos peleándonos», le dijo Morales al míster al final de su vídeo de renovación, una confesión espontánea con mucha sustancia. El del Comandante, aunque hay muchos más, es precisamente uno de los casos que mejor ejemplifican la necesidad de que los futbolistas entiendan cuál es su rol, unas veces de titular, otras de suplente.

Aireado a raíz del documental de Amazon Prime, la vigencia del lema interno en el vestuario es anterior y continúa estando vigente: «El talento tiene límites, la ilusión, el esfuerzo, la fe y la pasión, no».

Octava lesión de Postigo

El central del Levante Sergio Postigo estará de baja los próximos días por una rotura en el sóleo de la pierna izquierda y con esta ya suma ocho lesiones musculares desde enero de 2019. Postigo, de 33 años, se lesionó en el calentamiento previo al encuentro del pasado sábado ante el Atlético en Madrid y aunque el club no ha comunicado el tiempo de baja se perderá seguro el choque del próximo viernes ante el Athletic Club en la Liga. El central, que ha participado este curso en diecisiete partidos de Liga y cinco de Copa, ya sufrió el pasado 19 de diciembre de 2020 una dolencia en los isquiotibiales de la pierna derecha en el choque ante la Real Sociedad y estuvo casi un mes de baja.