El Levante nunca deja de sorprender. Tanto para lo bueno como para lo malo. La primera jornada del curso 21/22 reflejó lo que es un conjunto levantinista que nunca deja de alterar el ánimo de sus aficionados. Pasó de tener el triunfo frente al Cádiz en el bolsillo, después de un ejercicio de carácter defensivo y personalidad ofensiva, a perder dos puntos cuando el colegiado estuvo predispuesto a indicar la finalización del partido. Sin embargo, desde aquel desafortunado tanto de Espino, los de Paco López tienen la mentalidad de quitarse la espina que quedó clavada en el Nuevo Mirandilla, e intentar hacerlo contra uno de los clubes más poderosos del panorama europeo les provoca un plus de motivación. Para el Levante, medir fuerzas ante entidades de tal calibre le eleva a una dimensión superior. Saca su gen más competitivo. Por ello, ante el Madrid, buscarán asestar un nuevo golpe a su lista de heroicidades.

El Ciutat de València, que acogerá a casi diez mil gargantas que animarán sin cesar con la finalidad de lograr la gesta, cuenta las horas para albergar uno de los partidos más reseñables de la competición. No solo por la entidad del rival, sino también porque el cuadro granota se ha ganado el respeto del panorama nacional. Robarle unidades a cualquiera de los tres punteros de LaLiga Santander genera éxtasis, pero en Orriols son conocedores de esa adrenalina. Sobre todo, desde la llegada de Paco López en 2018, entrenador que ya sabe lo que es ganar a los blancos en tres ocasiones. De hecho, es de los clubes a los que más puntos ha extraído tras Betis y Getafe (cuatro victorias). Personalidad que se ha ganado a pulso la fama de conjunto ‘matagigantes’.

Independientemente del contexto, el Madrid siempre es un adversario temible. Pese a que su línea defensiva haya perdido resistencia con las salidas de Sergio Ramos y Raphael Varane, nunca puedes entrar en estado de relajación, ya que su plantilla sigue siendo de las más potentes del Viejo Continente. Mientras, Florentino Pérez observa los movimientos que se dan en París y marca los tiempos para intentar firmar, en los últimos coletazos de mercado, la guinda del pastel. Un Kylian Mbappé que sufre un constante vaivén emocional. Nunca tiene claro qué quiere para su futuro más inmediato. Si llevar al PSG a la gloria o encabezar la nueva era madridista. Más allá del francés, Benzema, recién renovado, y Hazard, en su enésima oportunidad de alcanzar su versión más esperanzadora, acapararán los focos ante las ausencias por lesión de Kroos y Modric por pubalgia y problemas en el aductor respectivamente.

Ante el Madrid, quien está llamado a ser nuevamente la referencia es Morales. El ‘11’ llega a la cita enjugazado, después de marcar el golazo de la jornada inaugural del curso 21/22. Un zapatazo a la escuadra de la meta defendida que significó su tanto número cincuenta. Registro y futbolista para la historia. De hecho, el capitán granota sabe lo que es anotar goles de bella factura al cuadro madridista. El último de ellos, la pasada campaña en Valdebebas al rematar de volea un centro trazado a la perfección por Miramón. También en su casa, cuando, otra vez de volea, aprovechó el hueco que dejó Courtois en el primer palo para marcar un tanto difícil de igualar, en el que fue el penúltimo encuentro en el Ciutat de la antigua normalidad, cuando el COVID parecía que era un virus que no iba a influir en nuestras vidas.

Sin embargo, Morales apunta a solucionar la encrucijada en la delantera. Con un once que apenas sufrirá variaciones con respecto al de la semana pasada, Paco López deberá hacer una maniobra en la punta de lanza. El ‘11’ volvió a partir desde la banda en Cádiz, pero las bajas por lesión de Roberto Soldado y Dani Gómez, de seis y tres semanas respectivamente, le obligarán a regresar a la punta de lanza para hacer tándem con Roger Martí. Pareja que formó una dupla intratable en Primera División el curso anterior. En su lugar, Enis Bardhi, en principio, llevará el protagonismo desde la izquierda. Todo, en un Levante que tiene el mismo problema que sufre desde el comienzo del verano. Una plantilla masificada en la que las salidas son una obligación para sumar refuerzos que suban el nivel.

Después de una temporada histórica, que se descafeinó con los malos resultados del último tramo, mantener una línea de regularidad es la máxima prioridad, pero este año, el ímpetu levantinista quiere mostrar al mundo futbolístico que es un dolor de muelas para los grandes. El choque de esta noche será una nueva oportunidad para demostrar de qué pasta está hecha el Levante de Paco.