El derbi se tiñó de azulgrana y devolvió la sonrisa a un Levante que, tras el tropiezo en las Islas Canarias, vio el choque ante el Valencia como la mejor oportunidad para mirar hacia arriba con firmeza, (1-0) contra un cuadro dirigido por Andrea Esteban que sale muy tocado no solo por la dinámica que registra, sino por la sensación de que no le salen las cosas y se mantiene como colista de la categoría. La cita, igualada y competida durante los noventa minutos, se decidió por mínimos detalles, donde Alba Redondo castigó una imprecisión defensiva en la retaguardia valencianista para asestar un golpe anímico de gran magnitud. Al filo del descanso y sin margen para maniobrar en la primera mitad. La atacante, acertada en varios momentos, recuperó sensaciones e hizo un choque destacable para demostrar que, más allá de la competencia que existe en la punta de lanza, está capacitada para responder.

Ángel Villacampa afrontó el enfrentamiento con modificaciones en el once inicial con respecto al duelo contra el Granadilla Tenerife. El más reseñable bajo palos, donde Andreea Paraluta, prácticamente inédita en los encuentros transcurridos en la Primera Iberdrola, le arrebató el puesto a María Valenzuela. Sin embargo, el protagonismo lo acaparó la arquera rival, quien salió de Buñol por la puerta grande pese a que su equipo cayó por la mínima.

Enith, cuando la grada de la Ciudad Deportiva granota estuvo dispuesta a celebrar el primer tanto del choque, le arrebató al gol a Alba Redondo mediante una estirada felina, quien finalizó un contragolpe velozmente proyectado por Gio Queiroz. Minutos más tarde, a mano cambiada y volando por encima del resto, mandó a córner un zurdazo desde tres cuartos de campo de Toletti. La arquera se erigió como la figura del partido en un Valencia que quiso desde el primer instante, pero al que le costó finalizar.

La primera mitad se dividió en dos partes: una para el Levante y otra para el Valencia. No obstante, el choque dio un giro de guion que benefició al cuadro de Villacampa en el aspecto psicológico, y que, por consiguiente, hundió a las chicas entrenadas por Andrea Esteban, ya que el primero del Derbi llegó cuando la árbitra señaló el tiempo de descanso. Leire Baños botó un saque de esquina al corazón del área, y entre la indecisión de la defensa valencianista en sacar un balón que se quedó en tierra de nadie, Alba Redondo, que fue de menos a más según transcurriendo los minutos, fulminó la portería defendida por Enith.

El partido entró en un punto de indecisión. Ni uno ni otro adquirió galones ni fue dominante, pero las ocasiones siguieron sucediendo. El Valencia no renunció a ir a por una victoria que le hubiera supuesto una bombona de oxígeno para salir de la posición que más quema en Primera Iberdrola. Conc, entrado en el cuarto de hora de la segunda mitad y en un contexto similar al que produjo el tanto local, quiso sorprender a Paraluta, pero la guardameta se estiró de forma sobresaliente para impedir el 1-1.

Fue la vez que más cerca estuvo el Valencia se empatarle a un Levante errático en el último pase, aunque Salmi, a diez del final, probó fortuna desde larga distancia con un disparo que intentó sorprender, sin fortuna, a Paraluta. Enith volvió a irrumpir despejando un disparo fuerte desde el punto de penalti de Irene Guerrero, pero su actuación no ayudó a su equipo a conseguir tres puntos, balsámicos para un Levante que mira hacia arriba. Mientras, el Valencia seguirá colista en la clasificación, intentando buscar soluciones para revertir una situación que comienza a preocupar en la entidad de Mestalla.