Competir en estadios de la magnitud del Ramón Sánchez Pizjuán siempre impone respeto. Por la atmosfera, por los jugadores del bando local y por la entidad a la que representan. Sin embargo, el Levante no entiende ni de formalismos ni de asuntos cordiales. Sobre todo, cuando siente la responsabilidad de dar un paso al frente cuanto antes. Pese a que todavía resten veintiocho jornadas para la finalización de campeonato, el conjunto levantinista necesita una reacción que le impulse fuera de la zona caliente de LaLiga Santander. Un punto de inflexión sobre el que asentar las bases para construir un equipo que garantice competitividad, independientemente del adversario que se entrometa en el camino granota. El Sevilla, siguiente obstáculo que tendrán que superar los pupilos dirigidos por Javi Pereira, será un rival difícil de superar, pero el mensaje no tiene réplica: «No podemos descartar ningún partido por el potencial del rival. Tenemos que ir a ganar y tener la determinación suficiente. No vamos a ir a ver qué pasa», reconoció Javi Pereira en sala de prensa.

Después de una semana menos ajetreada en comparación con la de su aterrizaje en València, Pereira asume su segundo compromiso al frente del banquillo del Levante tras salvar su primer envite con un empate ante el Getafe, en el que la portería a cero fue la valoración positiva a la que aferrarse de cara al futuro. Al cuadro del Ciutat de València le queda trayecto para alcanzar su versión más óptima, pero el proceso, más allá de su duración, no entiende de tiempos si de resultados se refiere, ya que la realidad dicta que el Levante no ha ganado en lo transcurrido de competición. Todo, contra un Sevilla que recupera a En-Nesyri y a Koundé para la cita.