El Levante fue protagonista de un encuentro caótico del que salió perjudicado. Aunque viajó a Sevilla sin miedo y con la intención de sacar un resultado positivo para mirar hacia el futuro con optimismo, el partido dejó un cúmulo de conclusiones negativas que contrasta con la de un equipo que, pese a verse por debajo en el marcador, no bajó los brazos en ningún momento. Sin embargo, las carencias continúan presentes, y los errores tanto de concentración como defensivos son una losa que suma peso en contra conforme transcurren los partidos. La situación, cada vez más crítica, comienza a ser preocupante, y aunque el Levante se encuentre buscando el punto de inflexión sobre el que construir un bloque que proporcione alegrías, la afición está cada vez más desencantada.

El Sevilla hizo lo que quiso con su rival y se decoró cuando le dieron la oportunidad. Además, desde el primer momento. En el minuto ocho de partido, Augustinsson, desde el saque de esquina, proyectó un esférico que Óliver Torres se encargó de darle espectacularidad empalmando el balón con el empeine de su pie derecho. Imparable para Aitor Fernández que puso en pie al Ramón Sánchez Pizjuán. Sin embargo, el monólogo siguió, con Rafa Mir poniéndole las cosas difíciles a En-Nesyri, quien regresó al equipo tras superar su lesión. El ‘12’ recibió un balón de Delaney, después de que el centrocampista se hiciese con los dominios de una posesión mal distribuida por Gonzalo Melero, y puso el segundo en el luminoso aprovechando la debilidad de la defensa para defender dicha acción.

No obstante, el Levante recortó diferencias, aunque el marcador siguió estirándose posteriormente hacia los intereses del Sevilla. El Morales de los golazos se volvió a poner la elástica azulgrana para quitar las telarañas de la escuadra de Dmitrovic. El ‘11’ recogió un envío de Pablo Martínez, habilitado por un Melero que, con su movimiento, dejó al extremo en una situación de ventaja, y lanzó un disparo imparable para el meta sevillista. Pese a ello, tras un descanso que mostró un 3-1 favorable al Sevilla, el cuadro de Lopetegui puso más madera a su luminoso.

Munir, novedad en la alineación hispalense, lanzó un misil desde fuera del área que acabó en el fondo de las mallas y que, pese a la diferencia de dianas entre uno y otro equipo, provocó un empuje para el Levante, beneficiado por dos errores de la zaga del Sevilla. Después de que Dmitrovic saliese de manera errática a despejar un balón, Morales recortó diferencias sin ningún tipo de oposición. Y minutos más tarde, Jorge De Frutos rebañó el esférico dentro del área a Diego Carlos para asistir a un Melero que marcó a placer. Un 4-3 que animó a los granotas a pelear por la gesta de igualar un resultado difícil de pelear, pero que volvió al Levante a la realidad. Fernando subió a la parcela atacante para poner el octavo del partido.