La etiqueta de ‘matagigantes’ se mantiene en el Levante, al que no le importa la situación en la que se encuentre para asestar un revés a los más poderosos de la competición. El actual campeón de LaLiga Santander fue incapaz de tumbar a un equipo que llegó en estado de crisis en la undécima jornada del campeonato, pero que tiró de casta y orgullo para sumar un punto que le da esperanzas para mirar hacia el futuro con optimismo. La realidad dicta que el cuadro de Javi Pereira continúa sin ganar, aunque el empate sabe de manera dulce. De forma poco ortodoxa, desde el punto de penalti pero demostrando que la primera plantilla está viva. Contra todo y peleando a contracorriente. También ante un González Fuertes que privó a los granotas, tanto en la primera parte como en la segunda, de finalizar dos jugadas en clara desventaja señalando la finalización de cada periodo. Acciones que despertaron rabia y frustración. Sin embargo, el cabreo duró el tiempo que estuvieron en el terreno de juego. El Levante, pese a los sabores agridulces de anteriores jornadas, comienza a despertar.

Bardhi bate por segunda ocasión a Oblak desde los once metros. afp/iván terrón

El Atlético de Madrid, pese al resultado final, se hizo con los mandos del encuentro desde el primer instante y puso en dificultades a un Levante que, debido a la disposición de su rival sobre el verde, inició su compromiso liguero encorsetado atrás. El efecto Joao Félix, quien comienza a ganarse la confianza del Cholo Simeone según sus notables actuaciones, estuvo presente en los primeros compases, aunque con el paso del tiempo, se fue diluyendo. Tuvo la primera del choque tras dominar un balón de Carrasco y efectuar una volea desde fuera del área que despejó Aitor Fernández, pero quien se llevó la palma en forma de gol fue Griezmann, foco tanto de las críticas como de las alabanzas. El ‘8’, tras botar un saque de esquina que se quedó en nada, recogió un rechace desde la banda, Felipe peino y el francés, entrando en el área de manera contundente y dejando en evidencia el flojo marcaje de Son, cabeceó al fondo de la red el primero del envite.

La diana en contra, sin embargo, no alteró a un Levante que actuó mediante fogonazos y trazando la idea de juego que quiere Pereira en su etapa en el banquillo de Orriols: velocidad y verticalidad. No obstante, las imprecisiones no equilibraron la posesión frente a un combinado colchonero cómodo en el campo. Duarte, en modo, dejó la más clara para los suyos al cazar un esférico en el aire que Oblak blocó sin complicaciones. Pese a ello, la insistencia tuvo su premio. Rúben Vezo, inteligente en el área aguantando el cuero, puso la trampa y Luis Suárez cayó. El uruguayo derribó al portugués en la zona de castigo y proporcionó un regalo a los futbolistas azulgranas, que vieron la acción como un golpe de aire fresco para meterse en la pomada de los puntos. Enis Bardhi, cuatro días después de reaparecer en el Sánchez Pizjuán, se armó de valentía para no solo transformar la pena máxima, sino para mandar un mensaje cargado de intencionalidad: El ‘10’ está de vuelta y se suma a la causa para salvar la categoría independientemente de que su diana no haya acompañado con unidades en el casillero.

Aunque el Levante entró en el enfrentamiento con el pie izquierdo, en los segundos cuarenta y cinco minutos se sintió más sólido, confiado, saliendo de forma coral e intentando buscarle las cosquillas al meta esloveno del Atlético de Madrid. Esperando su oportunidad cediéndole a su rival el balón. Los colchoneros fueron incapaces de producir acciones peligrosas en ataque. El ‘Cholo’ Simeone tiró, incluso, de Matheus Cunha. Futbolista que llegó en el mercado de verano a cambio de unos treinta millones tras destacar en los Juegos Olímpicos, pero sin protagonismo bajo la tutela del argentino. Hasta el duelo en el Ciutat de València solo disputó ciento trece minutos, pero su aportación en el choque fue decisiva y trascendental. Salió desde el banquillo y marcó, aprovechando un pase de Rodrigo De Paul que pasó por medio de Duarte y de Vezo. Sin embargo, el Levante de Pereira, como sucedió en el Pizjuán, nunca renuncia a ir a por el partido.

A falta de cinco minutos para que el choque concluyese, el cuadro azulgrana volvió a sacar petróleo en uno de sus pocos acercamientos a portería. Morales centró, De Frutos puso el pie y Lodi, en estado inocente, sacó el brazo en exceso para cometer un penalti que Bardhi, otra vez, no desaprovechó. El Ciutat estalló de emoción al ver a su club sumando ante el actual campeón de LaLiga Santander. La victoria continúa resistiéndose, pero el empate supone una inyección de moral para afrontar una final en toda regla ante el Granada. Un golpe de autoestima.