El momento en el Ciutat de València es crítico. Hay margen pero cada jornada el equipo está más lejos y tiene menor margen. Además la imagen que dio la plantilla granota en casa contra el Granada obliga tanto a una reacción como a hacer autocrítica. De momento, y aunque las palabras se tienen que demostrar durante los 90 minutos, en el seno del vestuario están seguros de que en Vitoria no se repetirá la imagen. Tanto por el aficionado como por el entrenador, que mostró su enfado en rueda de prensa.

Ayer fue una jornada de reflexión en ese sentido. Quico, con algún miembro del Conjunto, estuvo en Buñol para hablar con el entrenador y respaldarle. El presidente quiso trasladar al técnico cierta tranquilidad a pesar de la situación y confía en que se pueda reconducir la situación. Por su parte, los jugadores son conscientes de que a la afición no se le puede pedir absolutamente nada. Son varios los que ayer entendían que contra el Granada, el Ciutat estuvo a la altura. Empezaron animando al equipo, a muerte con todo el bloque y solo al final, tras el tercero, mostraron de manera contundente el enfado. Esa autocrítica demuestra que se entiende el error contra el Granada y que existe autocrítica. Entienden que es imperdonable regalar un gol como el primero en la marca de Vezo, el segundo con la cesión de Clerc y el tercero con un pase de Campaña que no hay que intentar nunca. Y menos en la situación actual. Por todo eso, el vestuario quiere lograr antes del parón el triunfo que disminuya la presión y que sirva para ver algo de luz al final del túnel. De hecho, los jugadores son conscientes de que no vale de nada el tópico de ‘hay que ganar como sea’ y después hacer un partido como el que se hizo ante el Granada.

Por todo eso, Quico Catalán estuvo en Buñol en el entrenamiento de la jornada de ayer para hablar con el entrenador. Los jugadores por su parte son conscientes de que ni con Paco López, ni con Javi Pereira están rindiendo al nivel esperado y más allá incluso de que la plantilla tiene lagunas en varias posiciones, es necesario dar un golpe encima de la mesa. Tanto a nivel defensivo como en el plano ofensivo, el equipo tiene que dar un paso al frente en todos los sentidos.

Cabe recordar que el Levante se ha quedado sin marcar en cinco de los últimos siete partidos. Solo ha marcado a Sevilla (tres tantos que no sirvieron de nada) y contra el Atlético (dos para sacar un punto). El objetivo debe ser mejorar en las dos áreas. Y además cuanto antes mejor.