El Levante, después de un mercado de invierno lleno de turbulencias, cumplió con el objetivo de incorporar a un central, aunque, independientemente de cómo transcurrió el mes de enero, el plan, si el equipo quiere salvarse, es el de obrar uno de los tantos objetivos hasta la fecha inalcanzables: poner el cerrojo en la portería. Contexto que, tras veintiún jornadas disputadas en LaLiga Santander, solo se ha visto en tres ocasiones. Cifra insostenible si la finalidad del vestuario es la de permanecer en la élite del fútbol español una temporada más, sobre todo en una parcela del terreno de juego en el que habitan Róber Pier, Óscar Duarte, Rúben Vezo, Shkodran Mustafi y el recién incorporado procedente del Cagliari, Martín Cáceres.

En una línea defensiva masificada en la zona central, dos empates a nada contra el Osasuna y el Athletic Club, y la victoria (y única del curso) ante el Mallorca, el Levante, sin más oportunidades para reforzarse hasta verano, deberá convivir con una zaga en la que sus futbolistas han saboreado la sensación de dejar su meta a cero en ocasiones contadas. El que más veces lo ha experimentado es Rúben Vezo, titular en los tres partidos donde el Levante tapó, durante sus correspondientes noventa minutos, su sangría de goles encajados. Al central portugués le sigue Shkodran Mustafi, con quien hizo tándem mientras el alemán estuvo disponible y con quien más cómodo se ha sentido sobre el terreno de juego, con dos. Su lesión ante el Espanyol le impidió ser uno de los integrantes del triunfo frente al combinado de Luis García, donde, en una línea de tres, Róber Pier y Óscar Duarte pudieron colgarse también la medalla de no recibir goles, además de un Postigo que salió en el minuto setenta ante la lesión del costarricente. Pese a ello, el capitán granota, mermado por unos problemas físicos ya olvidados definitivamente, nunca pudo ponerle el candado a su portería en los cinco enfrentamientos ligueros en los que participó desde el inicio.

No obstante, al equipo no le queda otra que asentar la base desde atrás pese a que los números de la defensa no inviten al optimismo. El aterrizaje de Martín Cáceres, un día antes del cierre de mercado tras estar varias semanas encima de la mesa de las oficinas del Ciutat de València, cumple con el principal objetivo a reforzar durante el pasado mes de enero y es el recurso con el que el Levante confía en remontar un vuelo, a día de hoy, complicado por la distancia de nueve puntos con el Mallorca. No en vano, en el Cagliari, club de la Serie A por el que firmó el pasado verano, solo selló su meta en una ocasión: el pasado 30 de noviembre frente al Hellas Verona. Como consuelo, el uruguayo registra un gol en su casillero contra la Sampdoria, compartiendo estadística con dos nuevos compañeros: Róber Pier (Real Madrid) y con Shkodran Mustafi (Real Betis).