El Levante se frota los ojos al ver cómo la salvación, en un margen de tres semanas, ha adquirido una realidad que invita al optimismo. El impulso que cogió el cuadro de Alessio Lisci con el triunfo ante el Elche, como guinda y confirmación de la reacción, fue acompasado con una dinámica menos sólida desde los rivales que pelean por la permanencia. Situación que le da alas y autoestima a un equipo que las ha vivido de todos los colores desde que la temporada empezó a torcerse. La derrota del Granada contra el Valencia (3-1) es la noticia más positiva de cara al duelo de mañana, ya que, en caso de victoria, la decimoséptima plaza estaría a cuatro puntos de diferencia. Una distancia que corresponde a menos de dos encuentros y que parecía impensable volver a alcanzar después de la dolorosa derrota frente al Betis en el Ciutat. Momento en el que los ánimos decayeron cuando la permanencia estuvo, con un partido menos, a trece unidades.

La última vez que el Levante estuvo a dos enfrentamientos de colocarse en las plazas que otorgan derecho para competir en Primera División fue después de medirse al Betis en la decimoquinta jornada, donde los levantinistas cayeron por tres goles a uno y propiciaron la destitución en bloque de Javi Pereira y de Manolo Salvador, David Navarro y Manu Fajardo al frente de la dirección deportiva. Desde entonces, el Getafe, penúltimo por aquel momentó, tomó velocidad de crucero y se escapó del descenso, pero sus dos empates y dos derrotas en los últimos cuatro partidos hace que esté a cinco de la quema. Sin embargo, y con la decimoquinta jornada como punto de partida, de Mallorca, Granada, Alavés, Elche, Cádiz y Getafe, el Levante es el tercero que más ha sumado (once) hasta ahora, a falta de que ilicitanos, mallorquines y gaditanos jueguen en este fin de semana. Por delante tiene los diecisiete de Elche y Getafe. Y entremedias, tres triunfos contra Mallorca, Atlético y Elche que le dan vida para pelear por obrar el milagro.

El filial coge oxígeno

El Atlético Levante, después de sellar un triunfo contra el Hércules (2-0) y registrar tres victorias en los últimos cuatro partidos, se aleja de las posiciones de descenso y le mete emoción a su temporada aproximándose sigilósamente a los puestos que dan privilegio a competir por ascencer de categoría, ante un Hércules que se desinfla en su objetivo de subir a 1ºRFEF. La irregularidad le está lastrando, al igual que los fallos individuales. Esta vez, Bikoro, tras entrar al partido alto de revoluciones, no rebajó su postura y, al pocos minutos del final de la primera mitad, vio la segunda amarilla tras propinar un golpe a Giorgi. Alcaina y Lamadrid fueron los autores de los goles granotas.