Debido a las ausencias de Soldado, Jorge De Frutos y Dani Gómez, el Levante vuelca sus esperanzas para conseguir una victoria que le dé pie a creer en la permanencia en José Luis Morales y Roger Martí. La pareja en ataque que, desde hace una década, lleva creciendo bajo el sello del conjunto de Orriols y que, a día de hoy, son dos estandartes en la historia del club. Alessio Lisci, de cara al enfrentamiento ante el Villarreal, solo podrá contar con el ‘9’ y el ‘11’ para el frente de ataque con la opción de Alejandro Cantero en la recámara, después de haber visto cómo, en dos semanas, fue perdiendo piezas por el trayecto.

El primero fue el extremo segoviano, tras salir mal parado del encuentro contra el Espanyol al sufrir una lesión en el ligamento de lisfranc del pie derecho que le obligó a pasar por el quirófano. El segundo fue el ‘21’ granota, quien después de padecer una rotura muscular en el aductor del muslo derecho frente a Osasuna, no estará disponible ante el Villarreal, al igual que un Roberto Soldado que fue víctima de una microrrotura muscular en los isquiotibiales del muslo izquierdo durante la pasada semana.

En medio de uno de los momentos más críticos de su historia, y ante los problemas físicos surgidos en la delantera, Roger y Morales serán los encargados de atemorizar la portería de Rulli, a la espera de que sus compañeros vuelvan a la dinámica competitiva. Sin embargo, el simbolismo reside en el hecho de tratarse de los dos mejores futbolistas en la historia del Levante. Miembros del club desde 2011, llevan haciendo migas desde el filial y alcanzaron su máximo esplendor como pareja en la punta de lanza en los cuartos de final de la Copa del Rey 2020/2021. El Comandante se la dio al Pistolero y éste perforó, precisamente, la portería del Villarreal para acceder a semifinales. Máximos goleadores en la historia del Ciutat de València (57 Morales y 45 Roger), ambos aúnan fuerzas de cara al sábado para que sus goles sirvan para poner la primera piedra hacia el milagro de la salvación, a ocho puntos con veintisiete todavía por jugarse.