Quico Catalán suspendió el ‘examen’ después de la sesión de evaluación a la que fue sometido ante el Consejo de Administración y el Patronato. Ninguno de los presentes en la reunión, tras el descenso de categoría, le dio un aprobado al presidente, después de una temporada llena de vaivenes que desembocó en la que será la realidad del primer equipo el próximo curso. No en vano, el dirigente contó con prácticamente la unanimidad del apoyo para continuar al frente del club y así reconducir la situación que vive en la actualidad. Solo el FROG ratificó su idea de que el actual Consejo no siguiese hacia adelante. El resto, pese a la delicada tesitura en la que está sumergido el Levante, pusieron la mano en el fuego por el mandatario levantinista al considerar que, más allá de sus logros desde que llegó al cargo en 2009, tiene competencias suficientes, aunque dando a entender que Quico Catalán ya no tiene más margen de maniobra, con el fin de su mandato, diciembre de 2023, como línea de meta.

«El Consejo de Administración y su presidente suspenden el ejercicio 21-22 por el descenso. Ha habido unanimidad. Pero la reflexión a la que se ha llegado con unanimidad, solo con el voto en contra del FROG, ha sido que este presidente goza de credibilidad y de recursos intelectuales y económicos para hacer frente a la próxima temporada, en Segunda División. A partir de ahí será lo que Dios quiera», comentó Vicente Furió, presidente de la Fundación, tras más de dos horas de reunión, al igual que comentó que Quico Catalán asumió la responsabilidad de sus errores y recalcó que es, junto al Consejo, el máximo responsable del descenso.

Seguidamente, el mismo Furió comentó que su organismo está, a año y medio de que el mandato de Quico Catalán finalice, está abierto a «tomar cualquier decisión. Porque si a la opinión pública le preocupa el Levante, a la Fundación nos preocupa, como mínimo, igual. Estamos comprometidos en dejar esto en buenas condiciones para que cuando se pase el testigo se esfuercen y mejoren con creces la gestión que se está realizando», desgranó. Además, reconoció, haciendo hincapié en sus palabras, que en muchas de las cuestiones planteadas, Quico Catalán no mostró una postura firme, poniendo el foco en el día 30 de junio. Plazo en el que el Levante deberá alcanzar el equilibrio económico y se representará si han cumplidos con los compromisos establecidos, donde la venta de futbolista se antoja como la vía más rápida para lograrlo. No en vano, y después de largos periodos de desfase, el camino a seguir será el de gastar menos de lo que se ingresa para alcanzar sostenibilidad, pero sin descuidar los dos grandes proyectos del club: la Ciudad Deportiva de Nazaret y el estadio.

Todo, después de una reunión que empezó alrededor de las 16:30 de la tarde de ayer y en la que estuvieron los representantes del Consejo de Administración, Quico Catalán, Paco Fenollosa y Luis Calero, de acuerdo con los estatutos y sin derecho al voto, además de los Patronos. Los ausentes fueron Federico Ferrando, que dio su voto a Luis Calero, José Miralles, que delegó su voto en Furió, Andrés Campos, delegando en la Teniente de Alcalde del Ayuntamiento de València, Pilar Bernabé, y Manuel Moreno. José Manuel Fuertes, presidente de honor, sí estuvo presente. Dionisio Montesinos, por su parte, delegó su punto de vista desde un mensaje de Whatsapp. Fue el punto de partida, a la espera de próximos acontecimientos, para que el presidente del Levante ponga en marcha las iniciativas que tiene en mente, con la idea de recuperar la credibilidad que ha perdido entre un sector del levantinismo, a la vez de hacer una entidad más cercana. Devolver al primer equipo a la élite y velar por las secciones son la prioridad.