Buenas noticias para el Levante en el comienzo de la cuarta semana de pretemporada granota. Tras numerosos meses ausente, Jorge De Frutos fue la principal novedad en la vuelta al trabajo en la Ciudad Deportiva de Buñol y completó el primer día con la doble sesión de los entrenamientos junto a todos los futbolistas de la plantilla granota.

El de Navares de Enmedio abandonó por fin la enfermería, después de que haya estado ejercitándose en solitario hasta el día de ayer. Sus problemas físicos no le permitieron debutar en los tres primeros encuentros albergados durante las concentraciones en El Parador de El Saler y en tierras murcianas.

Después de los últimos dos días de descanso de los que gozó la plantilla tras empatar contra el Getafe, los de Mehdi Nafti vuelven a casa y van perfilando el inicio de la Segunda División, donde la recuperación de De Frutos es un aliciente y un plus de calidad para los levantinistas, a falta de conocer el desenlace sobre el futuro del jugador, donde el propio Getafe y el recién ascendido Almería se interesaron por su fichaje, sin llegar a establecer ningún tipo de acuerdo hasta la fecha.

De Frutos había estado en el dique seco desde finales del mes de marzo, cuando fue operado tras sufrir una lesión en el ligamento de Lisfranc del pie derecho, en un partido de liga contra el Espanyol.

Fue un duro mazazo para el equipo levantinista, que perdía a uno de sus efectivos más determinantes a partir de la zona de tres cuartos, calcando sus números durante ambas temporadas, con cuatro goles y un total de nueve asistencias.

De hecho, Quico Catalán durante su última comparecencia pública tras la presentación de Álex Muñoz y Joni Montiel, apelaba a que de poder haber seguido contando con De Frutos «tal vez ahora el Levante estaría salvado» y no se estaría para militar en la categoría de plata.

El valor del extremo, actualmente con 25 años, es incuestionable desde el ámbito deportivo y despeja las dudas iniciales que merodearon sobre él tras debutar en Primera con el Real Valladolid.