Iborra activa la cuenta atrás para vivir uno de los días más emocionantes de su laureada trayectoria deportiva. El centrocampista de Montcada, después de cumplir con su sueño y su ilusión de volver a vestir la elástica del Levante, tendrá una acto de presentación a lo grande. A la altura de su leyenda y acorde a lo que significa en la historia del conjunto de Orriols. La afición levantinista, que tiene el entusiasmo por las nubes tras la llegada del eterno ‘10’, tendrá la oportunidad de estar presente en el que será un día para el recuerdo, debido a que el club habilitará la tribuna oeste del estadio para que los seguidores no solo abarroten la grada, sino que le trasladen todo el cariño que le han brindado de manera telemática a partir de las 19:00. Sin embargo, Vicente Iborra regresa a su casa en el mejor momento. Después de haber alcanzado la cima en más de una ocasión y de haber experimentado una infinidad de instantes que le han curtido tanto profesional como personalmente. Una incorporación que, además de elevar hasta niveles intangibles el grado de levantinismo, sube el listón de una plantilla que sueña con volver a Primera.

El medio tuvo siempre claro su pensamiento de volver al Levante. «Esto más que un adiós, es un hasta luego», dijo en agosto de 2013 cuando se despidió de su equipo para poner rumbo al Sevilla. Desde entonces, Vicente Iborra inició un camino donde su prestigio como futbolista subió como la espuma. Le costó entrar en los planes de Emery, pero una vez se introdujo en su esquema no salió de él. Su paso por Nervión, de hecho, forma parte de su historia, donde pasó cuatro años en los que se coronó como campeón de la Europa League en tres ocasiones y jugó Champions League en su último curso en el Ramón Sánchez Pizjuán. Además, siendo importante y haciéndolo desde varias posiciones. En el doble pivote, de interior y de mediapunta.

Cuatro temporadas después de su cambio de aires despertó el interés de la Premier. El Leicester, en 2017 y con la etiqueta de flamante campeón liguero, adquirió sus servicios a cambio de catorce millones para reforzar su centro del campo. En Inglaterra jugó 27 partidos, de los que nueve de ellos fueron en la 2018/2019 y provocaron su salida al Villarreal, donde se encontró como futbolista y se convirtió en un hombre de peso. Cuando firmó por los amarillos estaban inmersos por no descender a Segunda División, y su llegada sirvió para revitalizar un vestuario que se contagió del ímpetu del moncadense para conseguir la permanencia. No obstante, el Villarreal le provocó el momento más duro de su carrera. Una rotura de ligamento cruzado en diciembre de 2020, fecha hasta la que fue una pieza inamovible para Emery, le eliminó del plano competitivo, aunque no le impidió celebrar ni ser partícipe, con una arenga previa a la final contra el Manchester United, de la primera Europa League del Submarino Amarillo.