Rober Ibáñez, como ya había adelantado Superdeporte, se convirtió este miércoles en la última incorporación del Levante del ascenso. El extremo valenciano se une a las filas del cuadro granota después de haberse desvinculado de Osasuna y de firmar un contrato que le mantendrá unido al club levantinista hasta 2024 con una temporada más opcional.

El acuerdo quedó perfilado a mediados del mes de julio, pero su lesión dejó un paréntesis en una operación que se ha cerrado en las últimas horas después de recuperarse físicamente. El atacante permaneció en Tajonar, ciudad deportiva de Osasuna, recuperándose con recuperador físico de confianza e incorporándose de manera paulatina al trabajo colectivo.

De hecho, el pasado viernes no solo volvió a tener minutos con el cuadro rojillo, sino que decidió el duelo amistoso ante Miranda del Ebro marcando el gol del triunfo. Sin embargo, Rober Ibáñez dejó de entrenar con Osasuna desde ayer lunes para partir hacia la capital del Túria y cerrar su aterrizaje a Orriols.

Tras concluir su primer entrenamiento como granota, Rober Ibáñez transladó sus primeras impresiones para las plataformas oficiales del club. Tal y como admitió, tras una larga espera por su última lesión sufrida, el jugador tenía «muchas ganas de estar aquí» y donde ahora le tocará «dar todo».

En vistas a ese percance físico que retrasó hasta ahora la incorporación, el valenciano de 29 años confirmó que ya es página pasada. «Estaba entrenando con Osasuna, disputé un partido antes de venir y ya con ganas de entrenar y conocer a mis nuevos compañeros», trasladó contento tras su fichaje.