La victoria contra el Villarreal B devolvió al Levante al estado de felicidad que se tambaleó contra el Oviedo. El cuadro dirigido por Mehdi Nafti registró altos picos de rendimiento que invitan a ver, más pronto que tarde, la versión más diferencial de un equipo que empieza a coger velocidad en la categoría. Pese a que solo hayan transcurrido cinco jornadas ligueras, los granotas empiezan a otear la parte alta de la clasificación, aunque, durante el partido ante el filial amarillo, hubo momentos en los que conseguir la victoria se antojó como una tarea más que complicada. Sin embargo, el Ciutat de València, de esencia inalterable independientemente de la categoría, tiene la capacidad de ser un factor de gran trascendencia en el marcador y el técnico franco-tunecino quiere hacerlo partícipe en el desafío del ascenso, tal y como indicó en la rueda de prensa posterior al entrenamiento ante el Villarreal B.

«En casa no jugamos con once. Jugamos con doce, trece, catorce... Lo que digo no es por hablar. El rival nota cómo aprieta la gente, estoy seguro. Nos dan alas siempre. También en los momentos complicados. Nuestra afición gana partidos y es clave ganar los partidos en casa», aseguró Mehdi Nafti. Y es que el estadio de Orriols, pese a haber vivido recientemente una caída a los infiernos de la Segunda División, ha demostrado en los tres primeros partidos en casa que no dejará de lado a su equipo en la categoría de plata del fútbol español. Más allá de la reseñable cantidad de abonados con los que cuenta el club esta temporada (14.000), el Ciutat de València está vibrando como en sus mejores noches en la élite del fútbol español. No importa el contexto ni el rival.

Frente al Villarreal B, la grada apretó al colegiado ante grises decisiones, no se arrugó cuando los pupilos de Miguel Álvarez equilibraron el choque y gritó con emoción cada uno de los goles que llevaron al Levante hacia el triunfo. Además, con el aliciente de que la nueva ubicación de la grada de animación de ‘Levante Fans’ le da mayor sonoridad a los cimientos del estadio. Una serie de ingredientes que le dan alas a un equipo que se siente arropado con su afición.