Mientras el Levante perfiló al relevo de Mehdi Nafti en el banquillo, el equipo dirigido por Felipe Miñambres respondió sobre el verde para recuperar la esperanza de conseguir el ascenso al finalizar la temporada. Por primera vez este curso, el cuadro levantinista encadenó dos victorias consecutivas para mirar hacia la parte alta de la clasificación con la ilusión de los que suspiran por volver a Primera División. El director deportivo, en su último encuentro como interino, cumplió con la papeleta de que el sustituto cogiese los mandos de la primera plantilla en las mejores condiciones posibles, para otear un futuro que respira optimismo y, sobre todo, tranquilidad.

Después de navegar entre la desilusión, la frustración y el dolor de no cumplir con las expectativas, la victoria ante el Leganés (2-1), gracias a los goles de Pablo Martínez y Bouldini, confirmó que la dinámica granota se encuentra en fase de cambio, con la intención de recuperar credibilidad en su objetivo de ascender a la máxima categoría del fútbol español. A falta de oficialidad, Javi Calleja afrontará su nueva etapa con la sensación de que el Levante recupera el rumbo en la categoría de plata.

Sin embargo, el primer asalto apenas tuvo velocidad sobre el verde, aunque el Leganés cogió terreno con el paso de los minutos mientras el Levante se quedaba a medias en las proximidades del área rival. En pleno tanteo de sensaciones, un centro de De Frutos, que no conectó por centímetros Bouldini, fue un aviso que quedó en vano, ya que los del área metropolitana de Madrid fueron los que más presencia tuvieron dentro de un contexto en el que reinaron las imprecisiones. De hecho, superado el cuarto de hora de partido, Juan Muñoz recogió un rechace de Cárdenas a disparo de Cissé, pero su remate, que acabó en el fondo de las mallas, fue invalidado por el linier al estar en posición antirreglamentaria.

No obstante, el Levante se negó a ser ninguneado, en términos futbolísticos, por un rival que, pese a coquetear con los puestos de descenso, actuó de tú a tú ante uno de los favoritos para subir a la élite del fútbol español. Ante la falta de claridad, Jorge De Frutos se posicionó como el arma más peligrosa para percutir en el arco defendido por Asier Riesgo. Superada la media hora de encuentro, Montiel probó la meta pepinera con un disparo lejano que se marchó por poco, y en los instantes previos al descanso, el ‘18’, con una buena maniobra, encontró la cabeza de Robert Ibáñez para probar los guantes de Riesgo.

Pese a ello, al Levante le costó encontrar comodidad debido al muro que construyó el Leganés en su retaguardia. De Frutos volvió a buscar a las referencias en ataque desde su perfil, mientras el cuadro de Imanol Idiakez intentó contrarrestar a su rival a través de José Arnáiz, su hombre más punzante, al contragolpe. Sin embargo, el camino hacia los tres puntos, cargado de obstáculos y de dificultad, fue despejado mediante un protagonista inesperado, pero que puso el primero en el marcador a través de una obra de arte y casi sin pestañear. Pablo Martínez, un minuto después de reemplazar a Iborra, se quitó la espina del penalti fallado en el Municipal de Anduva con un auténtico golazo.

El ‘6’ le rebanó el cuero a Arruabarrena en su intento de salir con el balón jugado, avanzó unos metros y ejecutó, sin pensárselo dos veces, un lanzamiento que le quitó las telarañas a la portería defendida por Asier Riesgo. Un tanto que enloqueció a un Ciutat de València necesitado de noticias esperanzadoras y positivas, aunque la alegría duraría poco en las profundidades de Orriols. Para más inri, en un periodo del partido donde los pupilos dirigidos por Felipe Miñambres se sintieron más cómodos.

A falta de un cuarto de hora para que finalizara el tiempo reglamentario, Rubén Pardo, en campo propio, detectó un desajuste defensivo y la internada de un Dani Raba que salió victorioso en el mano a mano ante Dani Cárdenas, que batió al canterano con un disparo ajustado. La igualada en el luminoso despertó a los fantasmas del pasado, pero el amor propio y, sobre todo, la fe del equipo en salir del bache para volver a mirar a la parte alta de la clasificación, ahuyentó los miedos gracias a Bouldini.

El nacido en Casablanca fue testigo de una combinación entre Brugué y Montiel que fue finalizada por el ‘20’ con un disparo desde fuera del área y despejado por Riesgo, pero su instinto le permitió cazar el rechace para que el Levante recuperase la sonrisa. Y eso que Qasmi estuvo, en el descuento, a punto de arrebatarle la victoria a los granota, pero Dani Cárdenas apareció para que los tres puntos se quedasen en el Ciutat de València.