Plan estratégico para corregir

Quico Catalán, tras su segundo ejercicio consecutivo con pérdidas, establece una hoja de ruta para recuperar el equilibrio

R. Esteve

La Junta General de Accionistas del Levante sirvió para hacer balance, y cerrar de forma definitiva, un ejercicio nuevamente para el olvido. El descenso a Segunda División y el incumplimiento con los plazos de venta de futbolistas para equilibrar cuentas se tradujo en una segunda temporada con pérdidas económicas. Veintidós millones de déficit y un endeudamiento que pone en jaque a un club que quiere resurgir de sus cenizas en todos los sentidos. Por ello, la institución, por segundo año consecutivo, volvió a asumir sus errores y a pedir perdón en un ambiente menos violento al de la Junta anterior, debido a la crítica situación en la que se encontró el la primer equipo.

Quico Catalán, en el escenario donde 365 días antes vivió uno de sus momentos más tensos desde que es presidente, puso el año 2019 como punto de partida del fallo en cuestión. Donde se cambió el modelo de negocio y, en vez de priorizar la obtención de plusvalías a través de la venta de futbolistas, se optó por crecer manteniendo activos. Sin prever escenarios de riesgo, con la pandemia como principal culpable, y abocado a una crisis que golpea a un Levante obligado a reaccionar urgentemente. «Hemos vivido casi 5 ventanas de fichajes sin movimientos. Por ello el sector ha tenido que tomar medidas. El patrimonio neto es de poco más de 3 millones de euros y tenemos pérdidas de 22 millones. No es propio de nuestra gestión. Así que pedimos perdón, nos lamentamos. Ha sido imposible redirigir la estrategia del plan establecido en 2019», comentó un presidente granota que dejó entrever que la operación de CVC dio viabilidad al combinado levantinista para seguir con los proyectos que tienen en marcha.

No obstante, desgranó unas cuentas que preocuparon a los presentes, donde los únicos rayos de luz, aunque de mínima intensidad, fueron unos «ingresos mínimamente sensibles del 0,6 por ciento, el incremento de 3,8 millones con la presencia de público» y 150 mil irrisorios euros en «venta de jugadores», procedentes de un futbolista de la cantera (Pablo López, vendido al Juvenil del Valencia). El resultado: 22 millones de pérdidas y reducción de gastos de explotación.

Sin embargo, Quico Catalán expuso un plan estratégico para mejorar el funcionamiento del Levante a cinco años vista. La misión de ser una institución que promocione y desarrolle el fútbol, así como otras actividades económicas y sociales, ejerciendo la responsabilidad «de club centenario comprometido con la sociedad valenciana. Con la visión de consolidarse y crecer en la élite del fútbol español desde el punto de vista deportivo, social y de gestión empresarial, transformando la entidad en una marca global». Además, con el aliciente deportivo de que se implante un modelo de escuela de aportación de 1,4 futbolistas para el primer equipo con un 40 por cien de canteranos en la primera plantilla, y con la consolidación del Femenino y la intención de afianzar el fútbol sala e impulsar las secciones. Todo, en medio de un plan económico y financiero con el objetivo de incrementar sus ingresos comerciales y de explotación, donde la finalidad de aumentar la masa social se pondrá en marcha. No obstante, la urgencia es ascender a Primera. Clave para trazar el proyecto, aunque reconoció que, en caso de no ascensder a Primera, tendrán que reestructurar para que tengas sentido.