CRÓNICA

El Levante sigue su camino (1-0)

El equipo dirigido por Javi Calleja se mantiene en la pomada del ascenso directo y obtiene tres puntos de oro gracias a un gol de Campaña al filo del descanso

Campaña celebra el gol de la victoria contra el Burgos

Campaña celebra el gol de la victoria contra el Burgos / JM LÓPEZ

Rafa Esteve

La Segunda División, independientemente de sus estados emocionales y de sus rachas, se basa en no dejar de insistir. En pelear sin importar ni la circunstancia ni el contexto del resto de rivales. En esas está el Levante, que más allá de lo apretada que esté la categoría de plata, y de que los puestos de ascenso directo siguen resistiéndose, se mantiene en su batalla por subir a la élite. Firme y, sobre todo, convencido de que el camino que está recorriendo es el adecuado.

Sus 16 partidos invicto de manera consecutiva en Segunda son el argumento principal. Nadie, más allá de lo que atesoran los contrincantes, puede presumir de ello, después de que los pupilos de Javi Calleja volviesen a la senda del triunfo venciendo por la mínima al Burgos gracias a un tanto de Campaña (1-0). A pesar de la intratable racha, los puestos de ascenso directo continúan resistiéndose, pero el Ciutat, por encima de cualquier teoría, confía en los suyos. En que el camino que están tomando es el correcto.

El Levante, de hecho, fue a por el Burgos desde el primer instante, aunque sin protagonizar claras oportunidades sobre la portería de José Antonio Caro. El conjunto de Julián Calero, tendencia en Segunda División por su muralla defensiva y optimización de recursos, no titubeó en Orriols pese a que, en más de una ocasión, tuvo que cerrar filas en la retaguardia. Roberto Soldado, en su primera titularidad tras su lesión en Lugo, forcejeó con sus adversarios en las proximidades del área rival, pero los que intimidaron fueron Joni Montiel, Campaña y Pablo Martínez mediante conducciones y centros envenenados. Sin embargo, y a pesar de la insistencia, pocos orificios pudieron generar los de Javi Calleja, que aunque no dejaron de mover el balón de un lado a otro, la firmeza del Burgos le frenó en los metros finales.

No fue hasta superada la primera media hora de encuentro cuando el Levante probó los guantes de Caro e imprimió miedo en su adversario. Fue con potencia, de manera violenta y mediante las botas de Pablo Martínez, con con un fuerte disparo, obligó al ‘1’ a estirarse para no colocar el primero en el luminoso del Ciutat de València, que pasó de lamentarse por la oportunidad perdida a ver cómo, al galope, el Burgos intentó hacer daño. Despejó la acción, cazó en la banda Mourad, proyectó para Curro y Elgezabal, solo contra Dani Cárdenas, mandó el esférico por encima del larguero. Orriols, es más, también jugó su papel, apretando los dientes y jugando su propio partido. De hecho, pidió dos penaltis: el primero sobre Montiel y el segundo sobre Jorge De Frutos. Y aunque el primero fue desestimado, el segundo, tras consulta en el VAR, fue señalado por el colegiado. El ‘18’ apuró línea de fondo y Matos, en su intento de detener la arrancada del extremo, lo cazó pisándole la bota. Una infracción señalada por Galech Apezteguía y ejecutada por un jugador que está rindiendo a un nivel excelso desde su reaparición.

De Frutos pelea una pelota durante el Levante - Burgos

De Frutos pelea una pelota durante el Levante - Burgos / JM LÓPEZ

José Campaña, por tercera jornada consecutiva, asumió la responsabilidad que se exige a la hora de lanzar una pena máxima y lo convirtió a la perfección. Por la escuadra y prácticamente inalcanzable para cualquier guardameta. El gol del ‘24’ dio vida al Levante, y supuso un respiro para un equipo que, pese a las dificultades, no dejó de intentarlo por todos los medios. Incluso, tuvo la oportunidad de irse al descanso, instantes después del 1-0, con una ventaja mayor, pero Roberto Soldado finalizó una combinación exquisita entre Montiel y Campaña disparando sin fuerza un balón que se le quedó franco. La realidad fue que al Levante le dio confianza y motivación verse por delante de un Burgos correoso. Y lo mejor de todo, es que la entrada a vestuarios no bajó sus pulsaciones.

Al equipo dirigido por Javi Calleja se le vio más suelto sobre el verde de Orriols. Estando menos hermético que en los primeros compases y queriendo más en términos goleadores. De hecho, en los primeros segundos de la reanudación, a Roberto Soldado le faltaron centímetros para empujar hacia la red un centro envenenado por De Frutos, al igual que a un Joni Montiel que finalizó una jugada individual ejecutando, con sutileza, un esférico que se marchó rozando el palo.

El Ciutat, a pesar de la gélida tarde en la que se sumergió, vibró con los suyos y entró en calor viendo cómo su conjunto, además de ir de menos a más, dio sensación de control. Fue tal el estado de confianza, que Pablo Martínez, desde 30 metros, se atrevió a lanzar un disparo que, de haber tocado las mallas, hubiera sido un auténtico golazo. No obstante, el larguero aguó la fiesta que preparó el ‘6’ con su pierna derecha. Sin embargo, no todo fueron alegrías cuando Bouldini, minutos después de ingresar en el terreno de juego, salió del mismo entre lágrimas por molestias físicas. Una secuencia que, dentro de la lástima que supuso, impulsó a su equipo a no dejar de insistir en el triunfo. También a reforzar la retaguardia, ya que, aunque el Burgos apenas probó a Dani Cárdenas, siempre intentó sorprender desde los centros laterales. Saracchi, sorprendiendo desde atrás, mandó arriba una de las ofensivas de su equipo, mientras Pepelu, desde lejos, probó la elasticidad de Caro con un fuerte lanzamiento, aunque el cuadro visitante fue el que se llevó el premio del gol. Pese a ello, el control de Valcarce, autor de la diana, se acomodó el balón con la mano. Tocó sufrir en los compases finales del duelo, pero la gloria, nuevamente, se vistió de color azulgrana con tres puntos que valen su peso oro.