Un mínimo hilo de esperanza (2-3)

El Levante cumplió ganándole al Villarreal B, pero la combinación de resultados hacen que el ascenso directo sea tan enredado como improbable. Un doblete de Montiel y Bouldini le devolvieron la alegría a una afición que se vio representada con 3000 granotas en La Cerámica

Joni Montiel celebra uno de los goles del Levante en La Cerámica

Joni Montiel celebra uno de los goles del Levante en La Cerámica / F. Calabuig

Rafa Esteve

La cantidad de decepciones, las múltiples oportunidades perdidas y la montaña rusa de emociones y sensaciones siguen latentes en un Levante al que le quedan posibilidades para ascender a Primera de manera directa, aunque con combinaciones tan rocambolescas como improbables. Perder la fe, tras una temporada remando a contracorriente, será impropio de un Levante que cumplió con el deber de ganar en su visita al Villarreal B.

Respaldado por 3000 levantinistas en la grada de La Cerámica, el equipo dirigido por Javi Calleja, no sin sufrimiento, sumó tres puntos que le mantienen en una pelea para subir por la vía rápida donde las posibilidades son muy bajas, pero al Levante no le queda otra que seguir peleando para lo que sea. Ya sea si la temporada acaba por todo lo alto ante el Oviedo, o para coger fuerzas en una promoción donde se tiene que convertir en el rival a batir. Un doblete de Joni Montiel y otro de Bouldini devuelven a Orriols la felicidad que tanto se echó de menos en el bando levantinista de València. La última jornada de liga determinará el destino del Levante, pero no queda otra que persistir en el objetivo. Y sobre todo, no perder la ilusión.

El encuentro, en una jornada donde los transistores echaron humo, tuvo un inicio inmejorable, ya que el Levante se puso por delante en el marcador de La Cerámica. Bouldini, en su primer partido como titular después de la visita a El Sardinero, aprovechó un preciso envío de primeras de Cantero para el ‘11’, que deshaciéndose de las marcas de Dela y Abraham, superó a Gianni con un disparo al palo corto del guardameta amarillo. La primera diana del cuadro de Javi Calleja llegó en el sector en el que el levantinismo llenó su grada al completo. La gente enloqueció, entonó un rotundo “sí se puede” que retumbó el estadio, al igual que el equipo aprovechó el subidón para salir en tromba a por el rival.

El Villarreal B, que quiso dominar a su rival con la misma medicina que se toma en Orriols, se vio superado por un rival que buscó el segundo gol con insistencia, pero que se tropezó con un empate que cayó como un jarro de agua fría en el lado ‘groguet’ de la Plana Baixa. Desde el lateral zurdo, Ontiveros centró, y ante la indecisión tanto de la línea defensiva como de Joan Femenías a la hora de atacar dicho envío, Álex Millán, en boca de gol, cabeceó el cuero al fondo de las mallas.

Villarreal B - Levante

Villarreal B - Levante / F. Calabuig

Pese a que la decepción fue más que evidente, el Levante, al que solo le quedó el orgullo en medio de una tarde en la que la combinación de resultados no jugó a su favor, dejó atrás el nerviosismo que le ha lastrado en las últimas semanas ante los distintos golpes que ha recibido. Cinco minutos después del mazazo del Villarreal B, Joni Montiel, de los más diferenciales esta temporada, sacó a pasear el guante que presume tener en su bota izquierda. Desde la frontal, y con ayuda de un Gianni al que le perjudicó el tempranero bote, colocó el segundo para mantener las esperanzas granotas que sueñan con competir la próxima temporada en Primera División. Sin embargo, el corazón de los que estuvieron pendientes de lo que sucedía en Anduva, Cartagonova, Mendizorroza e Ipurúa hicieron que la ilusión tambalease por completo. El empate del Mirandés ante el Granada avivó las opciones, pero los tantos posteriores del conjunto de Paco López hicieron que lo peor aún estuviera por llegar.

El Levante salió con la misma intensidad que en la primera parte, pero el Villarreal B, que jugó sin la presión ni los nervios de lo que sucedía en su entorno, le dio un revés al equipo de Javi Calleja en sus esperanzas de subir a la élite de manera directa cuando Iborra, en su intención de frenar a Millán dentro del área, provocó un penalti que supuso la sentencia a las posibilidades de ascender por la vía rápida. Ontiveros, encargado de ejecutar la pena máxima, lo transformó picándosela por el centro a Joan Femenías.

El centro de acción levantinista pasó por la derecha, mientras que la intranquilidad fue en aumento. Iborra, pase de Marc Pubill, tuvo la victoria en sus botas al ajustar el centro más de lo debido, mientras que el Villarreal B provocó un pequeño susto a la afición desplazada que obligó a Joan Femenías a sacar su mejor versión. No obstante, un penalti de Del Moral sobre Joni Montiel, y transformado por el ‘20’ en el minuto 90, le dio al Levante tres puntos que le ponen las opciones de ascenso directo en una combinación enrevesada y donde el empate entre el Alavés y Las Palmas se tiene que producir, de la misma manera en la que el Leganés deberá vencer al Granada. Pese a ello, ganar al Oviedo será obligatorio. No solo por finalizar el curso lo más alto posible, sino también para, con vistas a un hipotética promoción, coger aire, fuerzas e ilusión.