El escándalo arbitral de Butarque fue la gota que colma el vaso y que mantiene al levantinismo indignado. La enésima demostración de la falta de rigor que día tras día pone en el foco a los árbitros por decisiones que son difíciles de entender. Como el gol anulado al Levante ante el Leganés. Era el 0-2, en la segunda mitad. Milla Alvéndiz, tras la llamada de González Esteban desde el VAR, consideró oportuno anularlo por fuera de juego de Postigo, que sí estaba adelantado pero no intervenía en la jugada. Inexplicable.

Y así el Levante perdió tres puntos ante el Leganés porque el cuadro pepinero, tras ese gol mal anulado, remontó con otras ayudas arbitrales. Tras el partido tanto la plantilla, como Javi Calleja, como Pepe Danvila y Felipe Miñambres, que bajaron al túnel a increpar al colegiado asegurando que «hoy has decidido que gane el Leganés», manifestaron su malestar. Y el club no tardó demasiado en hacer lo propio, comunicando a través de sus redes sociales que iba a solicitar alComité Técnico de Árbitros de la RFEF el audio del VAR del gol anulado a Dani Gómez.

El Levante pide respeto e igualdad de trato respecto al resto de equipos. Poder competir sin sentirse «perjudicado». «¿De qué sirve el trabajo y el esfuerzo de todo e lequipo si siempre salimos perjudicados?Las revisiones deberían servir para impartir justicia y mostrar claridad en las acciones, no para tomar decisiones que nadie entiende», escribió ayerCapa. El club lo compartió en sus redes.

Otro mazazo arbitral

No es el primer golpe arbitral del curso que termina perjudicando al equipo de Javi Calleja. No es que empezara demasiado bien al respecto el curso. En el Amorebieta-Levante, de la primera jornada, el 1-1 (obra de Eneko Jauregi), el tanto se tendría que haber anulado por mano previa de Iker Seguín. Un despeje de la defensa granota terminó golpeando en el brazo del lateral local, cayendo su rebote en el ariete, que no perdonaba. Dos puntos que volaron de Lezama nada más comenzar la temporada.

Otro día para el recuerdo amargo retrocede a los granotas al Levante-Villarreal B. Aquel día el Ciutat fue testigo de otro escándalo. Se adelantó de forma legal el cuadro de Calleja, con un golazo de Bouldini que fue anulado por fuera de juego sin ningún tipo de sentido. La línea que LaLiga emitió y que había sido utilizada por elCTA desde la SalaVAR no estaba bien tirada. Lanchi adelantó, tras ese 1-0 anulado, a los ‘groguets’ y Fabrício, sobre la bocina, rescató un punto que debieron ser tres. Otros dos que volaron del casillero levantinista.

Por último, la jornada pasada, ante el Mirandés. Con 1-1, el colegiado fue llamado al videomarcador para revisar una más que rigurosa expulsión de Brugué. Condenó esa tarjeta amarilla que se convirtió en roja a los granotas. Aun así, Pablo Martínez minutos más tarde anotó el 2-1... pero no fue suficiente. Con media hora por delante, los levantinistas no pudieron aguantar en inferioridad y se vieron empatados en el descuento. La impotencia está más que justificada.