El Levante mantiene el pulso del ascenso (1-2)

El conjunto de Julián Calero asalta Abanca-Riazor, resiste las embestidas de su rival y golpea por partida doble cuando más lo necesitaba, para sumar tres puntos de oro que le mantienen en la pomada

Resumen, goles y highlights en el Deportivo 1-2 Levante de la jornada 24 LaLiga Hypermotion

Rafa Esteve

Dentro de la igualdad que existe en Segunda División, los equipos que van en cabeza transmiten la sensación de que nada ni nadie les detiene. De que el ritmo que arrastran les llevará a las posiciones más privilegiadas de una categoría en la que, prácticamente todos sus integrantes, desean escapar hacia un escenario superior. No obstante, el Levante, sin hacer ruido, no se descuelga y se mantiene en la zona noble: la que permite soñar con un ascenso a Primera División que, por primera vez en mucho tiempo, empieza a coger forma en las profundidades del coliseo de Orriols.

No solo sigue en la batalla, sino que es capaz de conquistar territorios difíciles de invadir, dando golpes de autoridad y mandando, de esta forma, un mensaje a los que luchan por militar en la élite el próximo curso. No todos pueden ganar en Abanca-Riazor, lugar donde el Deportivo de La Coruña se siente fuerte y no da su brazo a torcer con facilidad. Sin embargo, el Levante no deja de sorprender. Carlos Álvarez y José Luis Morales, autores de los tantos que le dieron a los granotas un triunfo de muchos quilates, ayudaron al levantinismo a mantener viva la llama del ascenso. A ilusionar a una afición que, harta de tantas decepciones en las últimas temporadas, empieza a ver el futuro con optimismo. Sin hacer ruido, trabajando en silencio y convencido de que el camino es el correcto, pero el Levante sigue en la pelea del ascenso gracias a una victoria para la posteridad. 

Lo que nunca le faltará al Levante es personalidad. No tiene por qué ser en los momentos en los que se siente fuerte ante su adversario. También cuando no le queda más remedio que resguardarse en su territorio, esperando el escenario idóneo para mostrar sus virtudes y su potencial. De menos a más, los futbolistas dirigidos por Julián Calero transcurrieron los compases iniciales protegiéndose de los impetuosos acercamientos del Deportivo de La Coruña, siendo consistentes en defensa y deteniendo las arrancadas desde las bandas de Mella y Yeremai, los más talentosos de la parroquia gallega. Sin intimidar a Andrés Fernández, más allá de un golpeo del ‘17’ que detuvo sin problemas, el Levante, conforme pasó el tiempo, encontró la comodidad que buscó desde el primer instante.

Carlos Álvarez e Iborra celebran el triunfo en Riazor

Carlos Álvarez e Iborra celebran el triunfo en Riazor / LUD

Tuvo el balón y dio un salto cualitativo, pisando campo rival con frecuencia y acercándose a la portería defendida por Helton Leite. Es más, acabó la primer tiempo luciendo mejores vestimentas que su adversario a través del mismo futbolista: Sergio Lozano. Novedad en el once ante la ausencia de Kochorashvili, se topó con el providencial desvío de Pablo Vázquez tras golpear con fuerza un balón muerto dentro del área, y a pocos minutos del descanso, recogió un rechace en la frontal del área que empaló con muchísimo veneno, pero mandándola fuera por muy pocos centímetros.

No obstante, la reanudación mostró a un Dépor muy amenazante, arrinconando a un Levante que, por momentos, se vio sometido a lo que quiso su rival. Cerca estuvo de adelantarse en el luminoso por mediación de Obrador, quien cazó un defectuoso despeje de Oriol Rey para ejecutar un disparo que se marchó rozando el palo. Los de Óscar Gilsanz aumentaron sus niveles de intensidad, recogiendo segundas jugadas y apretando los dientes en los balones divididos. Fue, sin lugar a dudas, su mejor tramo del encuentro, pero contrastó con un gol que hizo muchísima falta en el Levante.

Que llegó en el momento justo y con merecimiento después de dominar los hilos de la primera mitad. Le hizo falta al conjunto de Julián Calero y también a Carlos Álvarez, autor del tanto de la victoria en el 51’ después de que Iván Romero controlase en banda, detectase la internada de Pablo Martínez y recogiese, en boca de gol, el rechace del lanzamiento del capitán. La diana del andaluz estalló de emoción a una plantilla que pasó del sufrimiento a la felicidad, y dio inicio a una segunda mitad en la que el Levante decidió resguardarse en defensa y hacer daño al contragolpe. Su renta en el marcador pudo verse duplicado en medio de las embestidas locales. José Luis Morales, controlando un envío teledirigido desde su área de frecuencia de Andrés Fernández, se deshizo de la salida de Helton y allanó el camino del gol, pero Ximo Navarro, prácticamente en la línea, despejó cuando el levantinismo cantaba el segundo. Tuvo solo a Carlos Álvarez, pero el ‘11’ decidió definir. Desde entonces, el Deportivo de La Coruña asedió la meta levantinista, con el equipo resistiendo y fortaleciendo su defensa a pesar de las acometidas.

Llegando a los últimos compases del partido, todo fue encaminado hacia una victoria granota. Sobre todo, por cómo aguantó el tipo el equipo y su forma de atacar los espacios, pero el Dépor, de insistir tanto, encontró el empate con un tanto de fortuna. Diego Villares, con el alma, golpeó un cuero que, tras un ligero desvío de Cabello, acabó en el fondo de las mallas. La mala fortuna apareció otra vez en un Levante al que no le valió su resistencia defensiva. Nuevamente brotó la rabia por las formas en las que, a falta de diez minutos para el final, el tesoro de los tres puntos corrían peligro y suponían un paso atrás en la pelea por el ascenso. Sin embargo, la suerte que no apareció en el gol deportivista apareció en las botas de Morales no solo para rehacerse de su fallo, sino también para darle la victoria a su equipo. Pablo Vázquez, en una falta de entendimiento con un Leite que salió a buscar un balón aéreo de Cabello, despejó sin consistencia a las botas de Morales, que, con la meta deportivista vacía, marcó. Tocó sufrir, resistir en los compases finales, pero el Levante consiguió un triunfo que vale oro. Del bueno, además. No solo para seguir intratable, sino también para mantener el ritmo del ascenso, situado a tan solo un punto de diferencia. 

Tracking Pixel Contents