Prohibido temer a los fantasmas del pasado

El combinado levantinista afronta un partido trampa, cuyo contexto, en temporadas anteriores, siempre le ha perjudicado

El Levante UD buscará hoy ganar ante el Racing de Ferrol.

El Levante UD buscará hoy ganar ante el Racing de Ferrol. / ED

Rafa Esteve

El Levante tiene en su mano la posibilidad de volver a la élite del fútbol español. Queda mucho camino por recorrer, pero, después de posicionarse en la parte alta de la tabla, se encuentra no solo en condiciones de dar el salto casi tres años después de su caída a los infiernos, sino también de ganar, de una vez por todas, estabilidad y fuerza en su deseo futbolístico. Desde aquella fatídica noche en el Santiago Bernabéu, el cuadro granota ha tenido oportunidades para escapar de su realidad, pero en Segunda no tienen por qué vencer los mejores.

El resultadismo predomina por encima de las tácticas, de los estilos y de los favoritismos. Si no, que se lo pregunten al Levante que cayó, a lo largo de sus dos primeros cursos en la categoría de plata, ante el Mirandés, el Ibiza y el Amorebieta, partidos que cambiaron de forma considerable su devenir en la competición. Salvo frente al conjunto vasco, los tropiezos contra los castellano-leoneses y los ibicencos torpedearon el camino de un equipo que se quedó a un punto de subir directo en la temporada 22/23. Y, tras la derrota ante el Amorebieta el pasado curso, el tren de la promoción se convirtió en una utopía finalmente inalcanzable.

Son varios los casos que producen inseguridades en las profundidades del coliseo de Orriols cuando se presenta una oportunidad como la de esta noche. Las oportunidades desaprovechadas han supuesto no solo el estancamiento bañado en plata, sino también el enredo económico del que, casi dos años después del dramático desenlace ante el Alavés, todavía se trabaja para recuperar el equilibrio financiero. Pero el rumbo de los soldados comandados por Julián Calero en la actualidad provoca que los fantasmas del pasado revoloteen sin tanta frecuencia por los aledaños del templo levantinista. De hecho, el Ciutat de València se conjura para darles puerta y, definitivamente, invadir su ambiente de ilusión, alegría y entusiasmo.

Dos son las victorias que suma el Levante de manera consecutiva y no quiere detener su ritmo. Ni mucho menos, en casa, donde su condición de invicto le da alas hacia su sueño de ser uno de los tres equipos que compitan la próxima temporada contra los mejores. Los tres puntos en juego ante el Racing de Ferrol tienen valor añadido. Auparían a los granotas a la segunda posición de la clasificación, pasando de la séptima plaza al ascenso directo. A Julián Calero, tal y como reconoció en rueda de prensa, no le gusta jugar los lunes al saber, con la presión que supone, cómo ha transcurrido la jornada. Sin embargo, Orriols calienta motores para vivir una noche inolvidable, con Levante Fans convocando a sus aficionados para animar desde el calentamiento y preparándose para llevar en volandas a los suyos.

Sin Ángel Algobia, lesionado, ni Unai Elgezabal, sancionado, el Levante no tendrá un duelo sencillo contra el Racing de Ferrol a pesar de su situación clasificatoria. Ese es el miedo del técnico granota: la necesidad de puntuar de los visitantes para lograr una salvación que tienen a ocho puntos. Además, se estrenará Alejandro Menéndez en el banquillo gallego tras la destitución de Cristobal Parralo, aunque con una semana de retraso tras la suspensión del Ferrol-Burgos por la llegada de la borrasca Herminia a Galicia. Pese a ello, el Levante quiere reforzar su confianza y autoestima. No tiene la intención de revivir fantasmas del pasado. El futuro aguarda un ascenso a Primera y los de Julián Calero se dejarán la piel para que su sueño se convierta en realidad. 

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