«Un ascenso a Primera División nos cambiaría la vida a muchos»

Entrevista Manu Sánchez, jugador del Levante UD. | FRANCISCO CALABUIG

Entrevista Manu Sánchez, jugador del Levante UD. | FRANCISCO CALABUIG

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València

Firmó por el Levante, a los seis días debutó como titular y, desde entonces, nadie le mueve del once de Julián Calero.

Intento estar preparado para jugar todos los fines de semana. Si lo decide el cuerpo técnico tengo que estar listo. Ese tiene que ser mi trabajo. Acabo de llegar. Solo llevo tres partidos. Las cosas se consiguen paso a paso. Todo tiene un proceso, por muy pesado que parezca al decirlo (ríe).

¿Cómo está yendo la adaptación a su nuevo club?

Me estoy adaptando bien. Me siento saludable, estoy intentando entrar lo más rápido posible en esa comodidad de sentir esto mío, sentirme dentro del grupo. El mercado de invierno te da muy poco tiempo cuando te toca desde ya rendir y ponerte ahí. Estoy tratando de tomarlo con la mayor naturalidad posible. La ideología la entiendo desde hace mucho tiempo y creo que va mucho con mi manera, que es ir y dar todo.

¿Siente que tiene que sustituir a Andrés García?

No forma parte de lo que debería hacer. Entiendo este deporte, esta profesión y el pensamiento que puede surgir entre la gente. Andrés ha hecho un trabajo increíble, que lo ha catapultado a su nivel. Es un jugador muy bueno. Ha encontrado un estado de forma que desarrolló en el Levante, pero esa es la historia de Andrés. Yo soy Manuel y vengo a hacer lo que he hecho toda mi vida: implicarme al máximo

¿Se esperó la llamada del Levante?

Ya había tenido contacto con el Levante previamente. Nos conocíamos, en cierta medida, al jugar cerca de València. Había un seguimiento indirecto a través de Giorgi Kochorashvili y Fabrício. Se dio la opción, lo planteamos en el Górnik Zabrze y se llegó a un acuerdo de traspaso. Mi intención era ir al Levante porque en el fútbol, la mayoría de las veces, dos más dos no suman cuatro. Fue rápido.

¿Quiso que fuera rápido?

Sí, porque tengo 28 años, el mes que viene cumplo 29, y son escenarios que a mí ya no me esperan.

Su carrera ha sido pura lucha.

Hay muchas carreras como la mía. No todo el mundo es Pedri o Lamine Yamal. Lo ideal es debutar súper joven en Primera División, o en Segunda y encontrar estabilidad. En mi caso no ha sido así. Soy muy consciente de la carrera que he tenido. Ha sido muy de peldaños, muy de aguantar y muy de estar.

¿Sigue arraigado a Osuna?

Sí, porque es lo que soy. Nunca he perdido mi identidad. Es la forma con la que mejor conecto conmigo mismo y con mi bienestar. Osuna es mi origen.

Después de destacar en el Sevilla Atlético se marchó al Tondela con 23 años, pero su salto a la élite portuguesa no cumplió con las expectativas.

Sin duda. De hecho, no jugué ni un partido. Siempre he sido muy acelerado. Siempre he tenido la sensación de que era mi última oportunidad, aunque tuviera 23 años. Firmé en verano y, a la semana, me lesioné de la clavícula. Desde entonces, me operé para llegar bien al principio de la temporada, se me soltó un tornillo, no se soldó bien, tuvieron que volver a intervenir porque, si no, era imposible… Y, entre unas cosas y otras, llegué a Navidad sin completar ni un entrenamiento. Estaba muy falto de confianza y los demás ‘volaban’. Como el fútbol no espera yo tampoco lo hice, pero también hay que saber tener paciencia. Se vive mucho tiempo en la sombra para poder vivir momentos de brillantez. Sin embargo, también hay que saber tener paciencia.

¿Llegó a desencantarse del fútbol?

Sí. Le pierdes el sentido. Abarca todo en tu vida. Todas las decisiones que tomas son en base al fútbol. Y cuando no avanzas le pierdes el sentido, con el peligro de que puede llegar a ser una condena. Cuando me separé un poco del fútbol empezó a salirme todo. Desde entonces mantengo esa filosofía.

Literalmente le salió todo. Llegó a Castellón y, además de ascender a Segunda División, marcó 15 goles y dio 7 asistencias en 71 encuentros oficiales.

Era una situación nueva y llegué de la misma manera que al Levante, pero se nos dio todo. Entré en la energía del gol, que te sirve para soltarte y ganar confianza, y al año siguiente, jugar en un sistema de 5-3-2 me favoreció mucho para exponerme en esos números. Vivía mucho en el área. Sin embargo, no cambié nada, pero los resultados se dieron así.

Ahora, debutando en Segunda División, ¿es momento de ser resiliente tras una carrera llena de baches?

Sí. Realmente siempre ha sido así. Desde que salí del Tondela, cada paso que he dado ha sido la mejor situación que podía vivir. Yo no siento que tengo que demostrarle nada a nadie. Solo pienso en hacer mi trabajo, mejorar y sentir que progreso en situaciones superiores.

¿Un ascenso le cambiaría la vida?

Nos cambiaría la vida a muchos. Es muy difícil llegar a Primera División con la inmensa cantidad de futbolistas que hay, aunque pocos consiguen un ascenso. Es la cumbre y una liberación, pero también efímero porque el fútbol no para y los objetivos van sucediendo. La posibilidad está ahí, pero hay que ir día a día. Vivirlo y hacer lo que toca.

¿Cómo ve al equipo?

Al equipo lo veo muy bien. He llegado a un vestuario con mucha calidad y con mucho ritmo, que hace muchas cosas bien y que está muy unido. Sabe pasar tanto los momentos malos como los buenos, donde es más sencillo que se te vaya la cabeza. Es un equipo muy equilibrado. Está posicionado en un sitio perfecto para afrontar lo que nos queda de competición. Me he encontrado un equipo muy unido.

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