Un liderato que no es casualidad a 11 jornadas para el final

Los futbolistas del Levante UD celebran el primer gol anotado el domingo en El Alcoraz de Huesca.

Los futbolistas del Levante UD celebran el primer gol anotado el domingo en El Alcoraz de Huesca. / Levante-EMV

Rafa Esteve

A Julián Calero no le falta razón. Militar en la cúspide de la clasificación, con la temporada en marcha, no deja de ser anecdótico. Y más, en una categoría donde abundan los ‘líderes’ ante la mínima diferencia que existe entre los que opositan al ascenso a la máxima categoría del fútbol español. No obstante, el Levante, que a base de masticar los partidos y medir sus pasos hacia los triunfos, ha encadenado cuatro victorias consecutivas, se encuentra en disposición de pelear por absolutamente todo. Sus 56 puntos le han llevado a un liderato que no deja de ser circunstancial, pero que, ni mucho menos, es casualidad. Es el resultado de una dinámica construida en función al crecimiento del equipo, en fase ascendente en múltiples registros y, sobre todo, a la fe en que su trabajo, su insistencia y su compromiso serán recompensados una vez finalice la temporada. El triunfo en Huesca no es anecdótico. Es la obra de un Levante que no ha dicho su última palabra y que está llamado a cambiar su destino en lo que resta de curso.

Pocos equipos en Segunda División son capaces de sumar cuatro victorias consecutivas. Solo los que persiguen insistentemente una ilusión tienen derecho a conseguirlo. Aún queda mucho por hacer, el Levante no ha logrado nada a pesar de la euforia que ha estallado en Orriols tras el apoteósico triunfo contra la SD Huesca prácticamente sobre la bocina, pero el camino que ha tomado invita al optimismo. La última vez que en Orriols se registró una racha idéntica fue en la 22/23, donde el periodo transitorio de Felipe Miñambres en el banquillo y el aterrizaje de Javi Calleja se tradujo en cuatro victorias consecutivas. Son números más que notables, pero, en el Ciutat de València, se han visto en contadas ocasiones.

En Primera División, de la mano de Paco López, el Levante se subió a la cresta de la victoria de la jornada 7 a la 10, asaltando, entremedias, el Santiago Bernabéu. Una temporada antes, el Levante tocó terreno de salvación tras un tramo final de temporada donde, de la jornada 33 a la 37, sumó 5 triunfos seguidos, culminando su racha triunfal con una victoria contra el Barça que aún retumba en el Ciutat de València (5-4). El ascenso en Chapín también se certificó con un arreón, que empezó en la 37, acabó en la 41 y donde se consiguió subir a Primera en la 40, mientras que Luis García Plaza encaminó la histórica vuelta a la élite del fútbol español sacando los codos desde la 21 hasta la 24 y con cuatro victorias consecutivas que le propulsaron a su candidatura para ascender.

El Levante de Calero navega entre equipos inolvidables, pero el técnico, amante de los desafíos, pretenderá acercar a ‘sus chicos’ a Primera intentando igualar las rachas de dos conjuntos para la eternidad granota: 6 victorias seguidas del Levante de Juan Ignacio Martínez en la temporada 2011/2012 y el de Juan Ramón López Muñiz, también, sumando media docena de victorias. Ahora, el Levante cosecha su mejor marca en medio de un tramo de la temporada donde los objetivos empiezan a definirse. Si algo ha cambiado entre los soldados de Julián Calero es su mentalidad. Siempre ha afrontado los choques desde la ambición de ganar, pero sus cuatro últimos triunfos tienen el denominador común de haber sido cosechados desde la fe y desde el hambre de no conformarse.

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