La ‘coraza’ tiene que resistir dos meses más

Julián Calero, en la semana en la que Felipe Miñambres comunicó su salida como director deportivo del Levante, aseguró que si su equipo resiste en la lucha por ascender a la élite, y mantiene la ilusión de regresar a Primera División, es porque lleva a sus hombros una coraza que le impide que la inestabilidad del club le afecte. «Nos hemos hecho una coraza para que no nos afecten las circunstancias», dijo. Un día después, el Levante asaltó el Nuevo Pepico Amat de forma épica, sumó su segunda victoria seguida y provocó que el terremoto que afectó al club con la marcha de su director deportivo, debido a la delicada situación económica, quedara completamente en el olvido.

A pesar de que el Levante haya caído derrotado en su último compromiso ante el Almería, la versión mostrada en el Power Horse Stadium y su estancia en ascenso directo pese a no puntuar en tierras almerienses son argumentos sobre los que creer en la vuelta a Primera División. Sin embargo, poco se está hablando de un partido que genera ilusión en el levantinismo, pero que se ha visto eclipsado por el anuncio del traspaso en diferido de Giorgi Kochorashvili al Sporting de Portugal.

Más de un ‘revés’

Las circunstancias de la operación llevaron a que el comunicado oficial se precipitase y provocase un nuevo golpe de inestabilidad. No es el primer ‘revés’ que se vive en Orriols esta temporada. El retraso en el pago de las nóminas de los trabajadores, la pérdida de Andrés García, quien fue el mejor de la temporada hasta su salida al Aston Villa, los despidos en diferentes departamentos y la salida de Felipe Miñambres, acompañada por un reajuste en el cuerpo técnico que se llevó por delante a Antonio Carmona y sumada al largo retraso de la Junta General de Accionistas, desestabilizó a un club al que no le quedó más remedio de comunicar, la venta de Kochorashvili.