Julián Calero: líder en optimismo, energía e ilusión

El entrenador se aisló del ambiente derrotista con el fin de cambiar el rumbo de el club

El entrenador ‘granota’ es el principal artífice del éxito del club.

El entrenador ‘granota’ es el principal artífice del éxito del club. / F. Calabuig

Rafa Esteve

València

El Ciutat de València jamás olvidará la victoria del Levante frente al Racing de Santander del pasado domingo. El aliento y el empuje de la grada, la entrega y el compromiso del equipo, y el épico desenlace del encuentro fueron los ingredientes sobre los que se logró un triunfo tan memorable como trascendental para potenciar las aspiraciones de ascender a Primera División. Tres son los puntos que separan a los levantinistas del tercer puesto y la sensación que revolotea por los alrededores del coliseo de Orriols es que el conjunto granota afronta el tramo final de temporada en óptimas condiciones. No solo futbolísticas, sino también emocionales.

La ilusión por volver a la máxima categoría del fútbol español se ha desprendido por todos los rincones del levantinismo. No en vano, el principal artífice del éxito del Levante habita en su banquillo. Julián Calero, en poco menos de un año, ha liderado la metamorfosis en la que se ha sumergido la entidad, pasando de un pesimismo que se multiplicó a niveles intangibles, después el fatídico desenlace contra el Alavés, a la felicidad de los que sueñan con volver a competir frente a los mejores. Parece fácil, pero ha sido un proceso largo en el que la voluntad del técnico madrileño en no contaminarse de los males del pasado ha surgido efecto. Tampoco le fue sencillo, debido a que durante sus primeros días como entrenador granota, sin que él preguntara, le llegaron referencias del bajo estado de ánimo tanto de trabajadores como de futbolistas, los cuales afrontaron el curso posterior en idénticas circunstancias. Sin embargo, no se echó atrás.

De carácter motivador, entró imprimiendo dosis de optimismo, alegría y confianza a los que siguieron en plantilla y transmitió ilusión a los nuevos. Caló en todo el mundo, emitió un discurso de entusiasmo y esperanza y conectó con la afición, a la cual entendió desde el primer minuto y se puso en su piel independientemente de las circunstancias. Con la cabeza fría y sin alterar su mentalidad, tal y como pasó después de perder en casa ante el Racing de Ferrol. El resultado a su energía, plasmada en un vestuario que se deja la piel en cada partido, reside en una racha victoriosa que ha aupado al Levante a posiciones de privilegio: 6 victorias en 7 partidos para mirar más al ascenso directo que a la promoción.

Tracking Pixel Contents