La fórmula de Calero: verticalidad y efectividad
En sus últimos cinco partidos ligueros, el Levante UD ha sumado 10 de 15 puntos siendo inferior en la posesión del balón respecto a sus rivales

Los jugadores del Levante UD celebran un gol ante el Zaragoza. / Eduardo Ripoll
Rafa Esteve
El Levante tiene seis partidos por delante para cumplir su sueño de ascender a Primera División. El camino que le ha llevado a ser uno de los favoritos para estar la próxima temporada en la máxima categoría del fútbol español ha tenido diferentes etapas, pero siempre con el foco puesto en el dominio del esférico, en tener protagonismo sobre el rival y en pelear por los puntos hasta el último segundo.
No obstante, Calero, que siempre ha defendido que tiene unos jugadores camaleónicos, asume que la complejidad de la categoría de plata del fútbol español no siempre permite que sus intenciones se cumplan, por lo que se adapta elevando las pretensiones de su plantilla. Se ha visto en los últimos cinco partidos, donde el porcentaje de posesión granota ha sido inferior al 50 %, pero coincide con un tramo competitivo en el que el equipo ha evolucionado hacia una verticalidad que despierta entusiasmo en Orriols. 13 han sido los goles que ha marcado el Levante entre el Castellón y el Zaragoza sin tener el dominio del balón, aunque denotando una mentalidad ofensiva que le convirtió en el equipo más goleador de la Segunda División junto al Almería con 60 dianas. A pesar de ello, sin que la posesión sea un sinónimo de imponencia futbolística, tampoco sorprende.
El equipo de Julián Calero, en 20 partidos de los 36 jugados, ha estado por debajo del 50 % en términos de dominio del esférico, pero, en cuanto a puntuación, se ha traducido en 41 puntos que le han servido para allanar el camino hacia un ascenso directo que debe materializar en los últimos seis partidos. Curiosamente, el bache del mes de febrero aterrizó con la derrota ante el Racing de Ferrol y, salvo en Málaga, el Levante registró dos de sus tres picos más elevados de posesión frente a los de A Malata en casa con un 70 % y frente al Sporting de Gijón con 62, pero sin ninguna victoria a su favor.
«No me preocupa más el tiempo de posesión, sino la calidad de esa posesión, dónde la tienes y cómo amenazas a tu rival. Mi objetivo no es ganarte la posesión, mi objetivo es generar más problemas que tú, más tiros en la portería rival que los tuyos, que vea más ataques de profundidad, que vea más situaciones de riesgo para el rival que para mí», indicó Calero el pasado mes de marzo en el podcast ‘Arquitectos’ de LaLiga. Prueba de que el Levante, pese a su idea de dominar al rival con balón, traduce la posesión en peligro, verticalidad y efectividad. Ingredientes sobre los que los levantinistas no darán su brazo a torcer en el tramo final de competición y pelearán con uñas y dientes para subir a Primera División.
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