"Me dio pena marcharme, pero fue a cambio de un sueño"

El futbolista, inmerso en la ilusión de jugar en la Premier League que ha perseguido durante toda su vida, no se olvida de su Levante ni de sus posibilidades de ascender a Primera.

El lateral del Aston Villa y ex del Levante UD, Andrés García.

El lateral del Aston Villa y ex del Levante UD, Andrés García.

¿Qué tal se encuentra?

Muy contento y adaptado al cien por cien. La gente me lo ha puesto muy fácil. Durante los primeros días ya me di cuenta de cómo me iba a ir por la amabilidad de la gente y la ilusión con la que van a trabajar en cada una de sus áreas. Parece que no, pero te da más seguridad ya que sientes que estás rodeado de gente que te puede ayudar en cualquier momento y en cualquier situación. Provoca que los días no sean pesados. Me gusta mucho el fútbol inglés, que es mucho más directo y acorde a mi estilo de juego, así que siento que es todo perfecto: en la mejor liga del mundo y jugando contra los mejores. Pese a ello, el nivel de vida es el de tener un partido cada tres días. No tienes tiempo para descansar ni para relajarte un momento. Entras en la vorágine y no te detienes a pensar en lo que me está pasando o en lo que me dejé en España. La Ciudad Deportiva está adaptada para que hagas mucha vida allí. Soy de los primeros en llegar y, casi siempre, el último en marcharme. Entré en la corriente, me adapté a ella y ella es la que me va llevando. Pero, después de casi cuatro meses, puedo decir que estoy muy contento e ilusionado.

¿Es seguidor habitual de la Premier League?

Sí, bastante. Me acuerdo de ver a Henry en el Arsenal, a Cristiano en el United, a Drogba en el Chelsea… Siempre me ha llamado muchísimo la atención la Premier League porque la veía muy física, de mucho correcalles y poca posesión, pero con jugadores muy regateadores. Es el fútbol que me gusta, con el que más me identifico. Por eso siento que estoy viviendo un auténtico sueño. Están siendo meses muy emocionantes.

¿Echa de menos València?

Sí, por supuesto que la echo de menos. Hay muchas cosas que echo de menos: mi casa, mi familia, mi rutina, mis amigos, mis compañeros del Levante, cuyo vestuario es un espectáculo por la calidad humana que tiene… También, aunque sea para ver a un amigo una tarde o para estar con mis padres, los momentos de desconexión cuando el fútbol me daba un respiro, ya que es muy importante saber cuándo desconectar en el deporte y, sobre todo, en el fútbol por la presión que existe.

¿Pensó en algún momento del curso que finalizaría el año lejos del Ciutat de València?

Para nada. Era mi temporada de consolidación en el primer equipo, siendo lateral y con un nuevo entrenador. La afronté desde la adaptación y el ir disfrutando tanto del trayecto como del propio Levante. Pese a ello, estaba muy centrado en conseguir el objetivo, que ojalá se dé, pero nunca me planteé un futuro lejos del Levante. De hecho, esa es mi forma de ser. No me gusta visualizar el futuro. Siento que se pierde mucha energía en ello y, muchas veces, la mente tiende a imaginar cosas malas en vez de visualizar situaciones positivas. Como siempre me he puesto en lo negativo, ahora soy una persona que solo se centra en el presente y eso fue lo que hice con el Levante. La primera vuelta la disfruté como nunca. No obstante, cuando empezó el mercado de invierno, no paraban de llegarme rumores, pero entendí que el hecho de que que se agitara el avispero era propio de la época, por lo que me aparté del ruido. Las cosas salieron así y no le doy más vueltas. Ahora estoy agradecidísimo por la oportunidad y con muchísimas ganas de seguir viviendo esto.

¿Le dolió no continuar en el Levante?

Me dolió no continuar por sentir que me podía perder algo con lo que había soñado desde el día que arrancó la pretemporada. Después de la primera vuelta, viendo cuál era la dinámica del equipo, lo único que se me pasaba por la cabeza era lograr el ascenso con el Levante y disfrutarlo. Ojalá estar viviéndolo, pero, según mi filosofía de vida, las cosas pasan por algo. Se decidió entre clubes, cada uno velando por sus intereses, y todos terminaron contentos. Me dio muchísima pena marcharme, pero fue a cambio de conseguir un sueño por el que he luchado mucho tiempo.

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