Obras. La fuente de la iglesia de San Pedro ySan Pablo fue sustituida este verano tras unas obras y la joven piedra blanca ha creado suspicacias entre vecinos y visitantes, que ven una «peora» algo que debía ser una «mejora».

No son pocas las restauraciones o reconstrucciones que han dado que hablar en los últimos meses. El faro de Ajo, enCantabria, pasó de ser blanco a convertirse en una amalgama de colores con el estilo de Okuda. El centro cívico Nanclares, del arquitecto RobertoErcilla, cambió su fachada de hormigón por un paisaje de la artista Irantzu Lekue. Son dos ejemplos que han levantado polémica por cambiar la imagen original por una más renovada y que no necesariamente puede encajar. Algo así ha sucedido enAdemuz desde que este verano se instalara la nueva fuente de la Plaza de la Iglesia, bajo las escalinatas de la entrada lateral de la iglesia de San Pedro ySan Pablo, que han levando suspicacias entre los residentes y los visitantes al tener un color blanco níveo que rompe con la armonía estilística de la plaza.

La fuente anterior, sencilla y adaptada al resto del monumental templo, sufrió daños durante las obras de reasfaltado de la plaza, centro neurálgico de la localidad. Según el alcalde, Ángel Andrés, se consultó con el historiador municipal y se confirmó «que no tenía valor histórico». Fue retirada de su emplazamiento y se encargaron tres modelos nuevos para que los vecinos y vecinas, a través de un proceso de participación ciudadana, pudieran escoger el diseño que más les gustara. En la encuesta se ofrecieron cinco alternativas similares, respetando la forma inicial de la fuente, pero no se avisaba que el color de la piedra distaría del original. «Se trata de una piedra nueva y se nota mucho más en la plaza, pero envejecerá y se integrará con el resto de elementos», defendió el alcalde de Ademuz.

Se instaló antes de verano y los comentarios se sucedieron en redes sociales.Los resume el profesor de la UNED, Javier Varela y vecino de Torrebaja: «Es un caso tremendo de vandalismo municipal». Para Varela, no se trata de una«mejora», si no de una «peora» que destroza «la perspectiva de la plaza, como si se hubiera metido en ella un cuerpo extraño.Está de plantón», señala. El entorno es un ejemplo del barroco valenciano del siglo XVII y está catalogado comoBien de Relevancia Local.