De Barcelona a Calles para dar vida al Hogar del Jubilado

Rocío del Toro es la nueva gerente del establecimiento desde noviembre I El ayuntamiento ha aportado ayudas como pagar la mitad del agua o solo 30 euros de alquiler

Rocío del Toro y José Francisco, su pareja, los nuevos propietarios del Bar Hogar del Jubilado de Calles

Rocío del Toro y José Francisco, su pareja, los nuevos propietarios del Bar Hogar del Jubilado de Calles / L-EMV

El pueblo de Calles, situado en la comarca de Los Serranos, cuenta con poco más de 400 habitantes. Desde hace años sufre riesgos de despoblación, pues es una localidad rural y alejada de las ciudades. La gente del municipio suele reunirse siempre en alguno de los tres bares que hay. Sin embargo, hay uno que es más especial: el del Hogar del Jubilado.

Hasta el momento, durante unos 40 años, el establecimiento lo había regentado el ayuntamiento y la clientela era mayor. Pero, desde el pasado mes de noviembre, tiene nueva gerente: Rocío del Toro. "Estoy muy contenta, porque por fin puedo ir caminando al trabajo y tenerlo cerca de casa", comenta.

El bar del Hogar del Jubilado, el pasado viernes

El bar del Hogar del Jubilado, el pasado viernes

La joven inicia una nueva etapa junto a su pareja, José Francisco y su madre, Lola: "Sin ellos no hubiera salido adelante", continúa del Toro. Desde pequeña ha veraneado en Calles y su círculo de amigos siempre ha estado ahí. 

Siempre ha vivido en València, donde cursó sus estudios, pero le faltaba algo más: “Encontré un piso en Chiva, que estaba más barato que en la ciudad, tenía a mi gente pero no me sentía del todo cómoda, echaba de menos mi vida en Calles”, explica. 

No fue hasta el mes de julio cuando decidió embarcarse en el negocio del Bar Hogar del Jubilado: “Tenía experiencia en el sector de la hostelería porque había estado trabajando en Barcelona durante 5 años como jefa de cocina”, comenta. 

"Queremos que la gente que venga de senderismo pase por aquí los fines de semana y aprovechen nuestra oferta de quinto y tapa"

Rocío del Toro se considera una persona que no puede estar en casa. Ha viajado y trabajado en muchos sitios tanto de la Comunitat Valenciana, así como extranjeros, por ejemplo en Londres. “Calles es más tranquilo, además me siento más identificada, porque tengo a los míos muy cerca y puedo ir a visitarlos siempre y sin necesidad de coger el vehículo”, explica la joven. 

Esta nueva gerencia está fomentada por diferentes peñas de la localidad que buscan nuevos modelos para resurgir: "Antiguamente cuando era una niña, siempre paseaba gente, pero ahora se ha quedado muy pobre, a pesar de que para mí es uno de los pueblos más bonitos de la Serranía", dice Rocío del Toro. El municipio cuenta con muchas rutas y está cercano al río Túria.

"Ha sido complicado encontrar nuevas manos para este bar, porque durante mucho tiempo hubo licitaciones desiertas", explica Consuelo García, alcaldesa de Calles. A los nuevos jefes se les han proporcionado muchas facilidades: por ejemplo, tan solo tienen que pagar la mitad de la factura del agua. Además, el alquiler sale a 30 euros por mes, una cifra bastante baja con un mobiliario reformado y más vistoso que el anterior.

El antiguo establecimiento, antes de ser remodelado

El antiguo establecimiento, antes de ser remodelado / L-EMV

En el municipio ha supuesto una gran alegría, porque desde la pandemia la gente prefiere vivir en un pueblo más pequeño y con habitantes más cercanos. "Nos parece fenomenal que una pareja joven se encargue del bar, porque eso da pie a que puedan tener un bebé y así tener más población", asegura la alcaldesa.

Actualmente, Calles tiene el doble de niños y cada vez se realizan más escolarizaciones que en años previos al coronavirus. También influyen las mejoras en la carretera para facilitar el acceso y la movilidad por el pueblo.

Un servicio amplio

El bar ha pasado de estar enfocado en los jubilados y con un horario limitado, a tener un ambiente más dinámico y abierto al turismo: "Queremos que la gente que venga de senderismo pase por aquí los fines de semana y aprovechen nuestra oferta de quinto y tapa", explica Rocío. Ahora, abre a las 6:30 todos los días, para que los trabajadores puedan ir a desayunar temprano. Y los sábados se pueden reservar cenas para tomar pinchos y cerveza a un precio popular.

El establecimiento desde fuera

El establecimiento desde fuera / L-EMV

"Los clientes nos dicen que nunca habían visto el establecimiento tan lleno y la comida les encanta", asegura la propietaria. A pesar de que no tienen cocina, pueden sacar las comandas adelante gracias a una freidora sin aceite, para que los alimentos se sirvan de manera más saludable y con menos calorías.

Además, con la llegada de estas fechas navideñas también quieren hacer algunos eventos especiales: "Nos gustaría preparar un sorteo y que los niños nos envíen su carta para los Reyes Magos", comenta Rocío del Toro. También buscan que los más jóvenes se sientan identificados con promociones de bebidas.