Calles recupera la Ruta de Peña Cortada tras un mes cerrada por la dana

Calles ha abierto la Ruta de Peña Cortada después de que se vieran obligados a clausurarla el pasado 9 de noviembre por los daños ocasionados por la riada a lo largo de su recorrido. "Durante esta semana hemos estado trabajando a tope en reparar los desperfectos del camino de acceso para poder tenerla abierta este puente y así reactivar la economía local que se ha visto resentida por los daños de la dana", han destacado desde el Ayuntamiento.

Por el momento, el recorrido solo es accesible a pie desde el municipio ida y vuelta por la variante 1 que es la más directa y fácil para visitar los tramos más importantes y mejor conservados del yacimiento. Se trata de una ruta de ida y vuelta, directa por la Rambla de Alcotas y cuya salida se realiza desde la entrada del municipio, al lado del puente que da acceso al pueblo. 

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Ruta circular no disponible

Todavía no se puede hacer la circular volviendo por la Ruta del Agua, ya que continúa muy dañada y peligrosa. Desde el consistorio han recordado la importancia de "transitar con cuidado porque hay tramos del camino a los pasos de la rambla con agua y otros que todavía costará que se seque el barro". Asimismo, se han habilitado pasos con bloques por las orillas.

La alcaldesa de Calles, Consuelo García, sabe que todavía deben seguir trabajando en la "recuperación de nuestras rutas, que tan importantes son para la economía local" pero se siente feliz de poder devolver al pueblo "su principal reclamo" que durante este puente de la Constitución permitirá a sus visitantes disfrutar del patrimonio y de la gastronomía local.

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Ruta de Peña Cortada

Esta ruta de senderismo circular enclavada en La Serranía, que data del siglo I d.C. y que ha sido declarada Bien de Interés Cultural (BIC), cuenta con más de doce kilómetros en total, aunque existen múltiples variantes en su recorrido.

Además del impresionante acueducto, otra de sus particularidades que asombra a todos sus visitantes es el trazado entre rocas con hasta 50 metros de profundidad por medio de una pasarela de tablas de madera que cruza la montaña.