Alcublas busca viviendas para la llegada de nuevas familias

El colegio El Pinar ha doblado en los últimos siete años su alumnado de Alcublas (de 16 a 34) y triplicado el de Higueruelas (de 11 a 29) gracias a los inmigrantes que llegan buscando trabajo y terminan quedándose con sus familias

Alumnos del colegio El Pinar en Alcublas

Alumnos del colegio El Pinar en Alcublas / J.C.

Alcublas e Higueruelas han aumentado el número de su alumnado gracias a la llegada de familias extranjeras, sobre todo marroquíes, pero también de países de Centroamérica y Sudamérica. Hace siete años, en el curso 2017-2018, apenas eran 27 alumnos entre sus dos aularios. En la actualidad son más del doble, lo que ha hecho que ambos municipios, ubicados en la comarca de Los Serranos, hayan podido empezar a repoblarse. Pero ahora se encuentran ante una gran problemática: más familias quieren quedarse a vivir, pero no pueden hacerlo porque no encuentran viviendas.

Desde el equipo directivo del Colegio Rural Agrupado (CRA) El Pinar y el Ayuntamiento están intentando llegar a más personas para que puedan ayudarles a solucionar este inconveniente que los ha dejado estancados. Por el momento, tienen constancia de que son dos las familias que llevan más de un mes intentando encontrar una casa, pero podrían ser más.

Jose Luis Arce, alcalde de Alcublas, ha manifestado que "no encuentran casas porque o no las hay, o, de las pocas que quedan, sus dueños no quieren ni venderlas ni alquilarlas". También está el caso de viviendas muy viejas que, al no estar reformadas, tampoco pueden ser habitadas, lo que da lugar a una situación que limita que el pueblo pueda seguir creciendo como hasta ahora lo había estado haciendo.

El jefe de estudios de uno de los aularios de Alcublas, Javier Catalá, ha explicado que "antes de la pandemia no llegaban muchas familias nuevas al pueblo y, aunque después del Covid-19 se mantuvo en la misma línea, ha sido en estos últimos tres años cuando hemos empezado a crecer. Ahora el problema no es que no haya gente, sino que no hay suficientes casas".

Patio del Colegio Rural Agrupado El Pinar

Patio del Colegio Rural Agrupado El Pinar / C.R.A.

Arce: "Sin servicios no podemos recuperar el pueblo"

Esta limitación de crecimiento por falta de viviendas imposibilita que el pueblo tenga la oportunidad de acceder a más servicios, porque para ello necesitan ser más habitantes, y que puedan llegar a perder los que han conseguido. Según explica el alcalde, "ahora nos han dicho que nos van a quitar el banco, el autobús no pasa si no lo llamamos, tenemos sanidad pero a media jornada... No crecer no solo implica que nos arriesguemos a tener menos servicios, sino también a que la gente se termine yendo". Y añade "es triste que nos quejemos de la España vaciada, pero sin servicios no podemos recuperar el pueblo".

La mayor ventaja de estos municipios rurales, según Arce, es la paz y la tranquilidad que en ellos se respira, además del beneficio que supone tanto para Alcublas como para Higueruela "estar a tan solo 50 kilómetros de Valencia".

El jefe de estudios, Catalá, considera que "aunque por suerte ahora mismo en el centro no hay riesgo de que desaparezca porque de 16 alumnos que teníamos en Alcublas ahora somos 34 y en Higueruelas de 11 han pasado a 29, la realidad es que esta situación nos deja estancados. Teniendo la posibilidad de seguir creciendo porque sí que existen familias que quieren quedarse, es frustrante y un gran inconveniente para nosotros que por no haber casas no puedan".

Integrar a las familias

Esther Sáez es integradora social y madre en uno de los centros del Colegio Rural Agrupado (CRA) El Pinar, y ha tenido un papel clave en la integración de estas familias inmigrantes con el resto del pueblo. Asimismo, forma parte de la Asociación de Familias de Alumnos (AFA), también conocida como AMPA, desde donde ha prestado siempre su ayuda.

Según cuenta, para Sáez, el cambio importante se da con la llegada de familias marroquíes. "Al principio eran los hombres quienes venían buscando trabajo en el monte, pero desde hace dos años, al ver una clara estabilidad, los acompañaron también sus mujeres e hijos, quienes llegaron para quedarse".

En 2023 este fue el caso de cuatro nuevas familias, y justo coincidió con el año en el que el ayuntamiento le concedió a Sáez una subvención, que no dudó en aprovechar, para poder ayudarlas a integrarse. Sobre todo a las mujeres. "No solo había una barrera en el idioma, sino también cultural. Mientras que los hombres se iban a trabajar e interactuaban, ellas llevaban a los niños al colegio y se quedaban en casa. Quería cambiar eso, ayudarlas a que el resto del pueblo las conociera, que se sintieran parte de nuestra comunidad".

Actividades de integración mediante cuentacuentos en el colegio

Actividades de integración mediante cuentacuentos en el colegio / E.S.

Riqueza cultural

Gracias a la subvención, Sáez pudo crear una programación muy completa para dar a conocer tanto las tradiciones del pueblo como las de las nuevas familias. Asimismo, después de mucho investigar, contactar con academias y hablar con traductores, consiguió organizar clases para adultos, que tuvieron lugar en la biblioteca municipal, para enseñarles español. Estas actividades llegaron también hasta el colegio, donde, mediante pequeñas acciones, ayudó a que los niños fueran conscientes de la riqueza cultural que convive en Alcublas y de la ventaja que supone.

"Quería acompañarlas, acogerlas para que no se sintieran solas. Al final ha terminado siendo recíproco, porque el aprendizaje ha sido mutuo", declara Sáez. Y añade: "Son mujeres muy valientes que han tenido que lidiar con tanto y que tienen mucho dentro. Pero existen muchos prejuicios. Al principio, por ejemplo, la gente no se acercaba a hablar con ellas. Hace falta más empatía".

Mural del Colegio Rural Agrupado El Pinar

Mural del Colegio Rural Agrupado El Pinar / J.C.

Subvenciones, empatía y viviendas

Cuando a los pocos meses la subvención terminó, Sáez supo que debía continuar, ahora ya no solo como integradora, sino también como amiga. Por eso, desde entonces, continúa las clases desde casa una vez a la semana además de estar en contacto constantemente para seguir ayudándolas en todo lo que puede.

"Por una parte, necesitamos más subvenciones. Tenía y tengo muchas ideas para seguir integrando a las familias, pero sin ayudas no puedo sacarlas adelante. Por otra, hace falta abrir la mente y apreciar lo bueno que es compartir culturas. Y por último, como es evidente, necesitamos viviendas, porque sin casas todo lo que hemos avanzado se queda congelado", declara Sáez.

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