Gestionar la peor tragedia de Gestalgar tras el azar de los dados

El desempate tras las elecciones dio a Raúl Pardós su sexto mandato, marcado por la riada del Turia: "Ha sido la peor tragedia de todas, por delante de la pandemia y del incendio de 2012"

Coches arrastrados en Gestalgar.

Coches arrastrados en Gestalgar. / RP

Amparo Soria

Amparo Soria

El azar es caprichoso e imprevisible. Cuando Raúl Pardos asumió la vara de mando tras las elecciones de 2023, lo hizo a través de una tirada de dados. El empate técnico tras los comicios obligó a activar esta herramienta regularizada y contemplada en la Ley Electoral para desatascar una situación como la que se dio en Gestalgar: 207 votos a favor del PSPV de Raúl Pardos y 207 votos a favor del PP de Salvador Domingo. Ganó Pardos, y según explica ahora, su experiencia durante seis mandatos al frente del ayuntamiento ha sido clave para lo que este año se le venía a la corporación municipal: «La peor tragedia de todas». 

El Turia se vino sobre Gestalgar. Afortunadamente, los daños han sido materiales, pero el pueblo y, sobre todo, su entorno natural, no existe tal como se conocía. El propio alcalde explica que el Turia era «una calle más» para los residentes y visitantes del pueblo, un eje vertebrador por donde pasear, que bañaba las huertas y sendas y que dotaba al municipio de un patrimonio natural incomparable. La imagen, ahora, es bien distinta, y está lejos de volver a ser lo que era. «Ahora salimos del casco urbano y solo hay desolación, estamos tristes, claro, el río se tragó en una noche todo lo que se había construido en los últimos 60 años», explica el alcalde. Entre esas pérdidas se encuentra el campo de fútbol y el polideportivo, ambos arrasados por completo por la riada, ya que eran instalaciones que lindaban con el cauce del río y de las que ya -literalmente- no queda nada. 

Los daños aún visibles en Gestalgar debido a la riada del Turia.

Los daños aún visibles en Gestalgar debido a la riada del Turia. / RP

Además, también reflexiona sobre la nueva normalidad. No se trata solo de tener los servicios básicos garantizados que, por supuesto, son fundamentales. Pero esa normalidad también pasa «por volver a tener el entorno natural que teníamos, la razón por la que la gente vivía y venía aquí». 

Pardos también recuerda que esta es la tercera gran catástrofe que el Ayuntamiento de Gestalgar, con 560 habitantes (INE 2024), tiene que gestionar. Primero fue el incendio de 2012 que arrasó el 40 % del término municipal, afectando también a Chulilla. En 2020 llegó la pandemia de coronavirus, que de nuevo puso a prueba los recursos de este ayuntamiento y a su ciudadanía. A penas tres años después, la dana ha golpeado de nuevo el corazón de la Serranía.

La crecida del cauce del Turia también se ha llevado por delante el turismo. Pardos explica que la casa rural no tiene reservas desde el 29 de octubre, y antes era difícil reservar porque la playeta y las diversas rutas que recorrían el término municipal eran un reclamo del turismo interior valenciano. Para eso, el alcalde pide ayuda a las administraciones mayores: el ayuntamiento se está encargando de la reconstrucción de los caminos rurales, junto a la Diputación de València que hace lo propio en las carreteras de su competencia. Sin embargo, los recursos turísticos y medioambientales necesitan el apoyo de la Generalitat o el Gobierno Central para volver a estar en activo. El entorno del río está ya parcialmente limpio, pero no consolidado ni finalizado. 

«Esto ha superado a la covid y al incendio de 2012, en una noche ha desaparecido el trabajo de más de 60 años»

Unión política

Pardos explica que la corporación municipal de PSPV y PP han funcionado a una. «Los concejales y la oposición han estado informados de todo, nadie ha caído en la crispación, porque se ha hecho a todos partícipes, se les ha pedido consejo y se les ha convocado a todo, esto es la política de pueblo», explica. Muestra de ello es que a principios de diciembre, en plena recuperación, se aprobó por unanimidad de los 7 concejales el presupuesto municipal por 860.000 euros. 

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