Cien años de vida a caballo entre Alcublas y Caracas

Antonia Mateo cumple un siglo de vida rodeada de su familia

La familia arropa a la centenaria Antonia Mateo, en Alcublas.

La familia arropa a la centenaria Antonia Mateo, en Alcublas. / Levante-EMV

M. C. Jorge

Primo de Rivera gobernaba en España tras el golpe de estado de 1923; los jóvenes soldados de remplazo luchaban contra la rebelión abanderada por el líder rifeño Add el-Krim, en el protectorado español de Marruecos, que acababan de evacuar Chauen, con más de 2.000 muertos. En ese contexto, nacía en Alcublas, la víspera de San Antón, una niña a la que pusieron por nombre Antonia, en honor del patrón de esta localidad de La Serranía. Hoy cumple 100 años de vida y su familia ha querido rendirle un sentido homenaje

Antonia Mateo Yerves, más conocida como Tonica “la Martina” –por el nombre de su padre, Martín Canela- fue la menor de 10 hijos, 9 chicas y 1 chico. En el corazón de esa familia tan numerosa vivió los bombardeos de la Guerra Civil española, como consecuencia de la cercanía de Alcublas al frente de Teruel, las carreras a los refugios y la dura posguerra. Siempre recuerda que tomó la comunión un mes antes del golpe de Estado de julio de 1936, convirtiéndose ésta en la última celebración festiva que vivió la localidad durante ese período de tres años.

Antonia Mateo ante la tarta con los 100 años.

Antonia Mateo ante la tarta con los 100 años. / Levante-EMV

La adolescencia llegó con el final de la contienda. Vivió unos años en el Cabañal con su hermana mayor, María. Allí pasó un tiempo hasta que se casó con otro alcublano, Manuel Cortés Cerverón, con quien forma su propia familia y tiene 2 hijas, Maribel y Pepi.

La emigración a Venezuela

La familia emigra a Caracas (Venezuela) en 1959, donde nació José Manuel, el benjamín de la familia. Allí su marido trabajó como practicante hasta su muerte en un accidente.

Con 65 años, Tona regresa a España para fijar su residencia definitiva en Alcublas, en su casa de la Plaza de la Iglesia. Pero nunca dejó de viajar, especialmente a Miami y a Caracas, donde residían sus hijos.

Se desenvolvía con soltura en los aeropuertos y ante cualquier imprevisto. Su acento y su “cónchale”, “chévere” o “chama” delataban su pasado de emigrante.

Y hoy, 16 de enero de 2025, cien años después, sus hijos quisieron sorprenderla con una comida en su honor a la que invitaron a familiares, y amigos de esta localidad para celebrar con ella el centenario de su nacimiento. Un siglo de intensa vida en la que nunca olvidó sus raíces y el amor por su pueblo que ha transmitido a sus hijos, nietos y bisnietos.

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