Benigembla mantendrá la sucursal de Cajamar después de que el ayuntamiento se comprometiera ayer a ceder un local al que trasladar una oficina que funciona en este municipio desde 1983. Por la mañana, tras trascender que la oficina se cerraría a final de año y se trasladaría a Murla, unos 70 vecinos se manifestaron para mostrar su enfado. Es la única sucursal financiera de este pueblo de 583 habitantes. Para las personas mayores, hubiera sido un incordio tener que buscarse un medio de transporte e ir a otro municipio a realizar gestiones o sacar dinero.

Fuentes de Cajamar explicaron a este diario que la decisión de cerrar la oficina respondía a que el propietario del bajo les había dicho que quería poner ya fin al alquiler. Buscaron otros locales, pero las obras de reforma les salían más caras y optaron por reabrir la oficina de Murla que, aunque cerrada hace unos años, sigue equipada. Murla dista apenas tres kilómetros de Benigembla. Las mismas fuentes insistieron en que el cierre no obedecía a la reestructuración bancaria. Aseguraron que Cajamar ha mantenido, pese a la crisis, presencia en pueblos pequeños.

Pero la indignación cundió entre unos vecinos que se veían privados de un servicio que consideran imprescindible. Ayer, representantes de Cajamar se reunieron con el alcalde, Juan Caselles. El ayuntamiento, que en principio era reacio a ceder un local municipal, al final sí ha puesto una planta baja a disposición de la caja de ahorros. Sin embargo, ese local debe acondicionarse y es necesario realizar obras. Cajamar pedirá al dueño del local de la actual oficina que les deje quedarse hasta que esos trabajos estén acabados.