Chatarreros

Guardias de sol a sol por un trozo de quincalla

Los chatarreros se organizan para repartirse los contenedores de Xàbia Esperan en sus furgonetas a que algún vecino llegue con desechos de metal

Guardias de sol a sol por un trozo de quincalla

Guardias de sol a sol por un trozo de quincalla

a. p. f. | xàbia

El negocio de la chatarra ha ido a más con la crisis. En Xàbia, los chatarreros incluso se han organizado para hacer guardias en los Punt Verd, que son islas de contenedores situadas en el extrarradio y las urbanizaciones, y abordar a los vecinos que lleguen con desechos de metal o electrodomésticos viejos e inservibles. Los cazadores de quincalla se han repartido los Punt Verd. Este diario comprobó ayer que en los de Pinosol y en los dos de la carretera de Jesús Pobre hay furgonetas aparcadas de continuo. Las guardias de los chatarreros son de sol a sol. Llegan al amanecer. En verano, sin embargo, tras los contenedores de Pinosol, se han encontrado colchones en los que presumiblemente duermen para no dejar escapar ni una pieza de basura de metal.

Fuentes municipales indicaron ayer que, efectivamente, los chatarreros se han organizado y acordado en qué isla de contenedores colocarse cada uno. Esquivan las restricciones que el ayuntamiento les pone. Dado que dentro de los Punt Verd hay carteles de prohibido estacionar, aparcan sus furgonetas fuera. Aunque sus vehículos son viejos y parecen a un paso del desguace, los chatarreros cuentan con toda la documentación y tienen pasadas las inspecciones. No quieren que por ahí la policía local les busque las cosquillas. Además, al repartirse las islas de contenedores, evitan disputas.

El ayuntamiento tolera esta actividad. Deja que los chatarreros se ganen la vida, pero dentro de unos límites. La policía local, según ha podido saber este diario, ha llegado a intervenir para disolver un mercadillo clandestino de metal que se montó en el Punt Verd del Montgó.

Sin embargo, la concejala de Servicios, Doris Courcelles, confirmó ayer que hay vecinos que reiteradamente le hacen llegar sus quejas y que sostienen que, cuando acuden a tirar la chatarra, sienten miedo. Pero, indicó también la edil, otros residentes incluso buscan a los chatarreros para darles la basura de metal, que les ayudan a descargar.

Estos desechos ya pertenecen al ayuntamiento cuando están dentro del contenedor. Escarbar está prohibido. De ahí que los chatarreros aborden a los vecinos. No obstante, a menudo sí sacan los residuos del contenedor e incluso despanzurran los electrodomésticos allí mismo, lo que también está prohibido.

El ayuntamiento tampoco quiere que esta actividad degenere en saqueo. En el Punt Verd de Pinosol, han desaparecido las farolas solares.

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