El túnel que permite llegar en un periquete de una punta a otra de Dénia vuelve a estar cerrado. Un desprendimiento en la ladera norte del castillo obligó ayer a cerrar este paso subterráneo, que, abierto en 1938 como refugio antiaéreo, conecta la plaza del Consell (el sur comercial de la ciudad) y la Ronda de les Muralles (el ensanche residencial). Una piedra de unos tres kilos se desprendió del montículo sobre el que se alza la fortaleza del siglo XI. Las diaclasas se observan perfectamente en la pared de roca. Los técnicos municipales atribuyeron el desprendimiento al viento, la lluvia y los cambios de temperatura. Toda esta ladera sufre desde hace tiempo una fuerte erosión. Algunos tramos se han consolidado con mortero y redes de metal.
Los técnicos municipales y la policía local optaron por clausurar el túnel y colocar vallas en el acceso para que nadie pudiera arrimarse a la pared de roca. Un geólogo inspeccionó el talud. Los técnicos advirtieron de que el túnel no se reabrirá hasta que, a lo largo de esta semana, se sanee la ladera y se sellen con mortero las rocas fracturadas.
Para los vecinos, prescindir de este túnel peatonal es un fastidio. Ahora deben dar un rodeo considerable. Entre febrero y julio de 2012, este pasaje subterráneo ya estuvo cerrado por otro desprendimiento que ocurrió en el interior de la galería. Entonces se detectó que en 120 de los 200 metros del túnel el peligro de derrumbe era muy elevado. La bóveda de piedra caliza prestaba grietas por las filtraciones de agua. Se inyectó hormigón y se colocaron redes de acero para volver a hacer segura una galería por la que cada día pasan cientos de viandantes. El túnel se excavó durante la guerra civil como refugio de bombardeos.
