Conflictos entre inquilinos y propietarios los hay de todos los colores. En Calp, se libra ahora uno de tantos. Pero esta vez los arrendatarios están dispuestos a llegar lejos. El hijo del empresario que ha alquilado un local de la avenida de los Ejércitos Españoles, situado frente a les Salines, duerme cada noche en este bajo comercial acurrucado en un colchón y tapado con mantas. Le acompaña su perro. Y dormita con un ojo abierto para evitar que el dueño del local cambie la cerradura y los eche.
Marco Balardo, que es el empresario que ha alquilado este local para abrir un centro de negocios, mostró ayer a este diario el contrato que firmó el 15 de octubre con el propietario, Miguel Just. Es por diez años. El alquiler mensual sube a 1.250 euros. Ya ha hecho efectiva una fianza de 2.000 euros. El sábado cuando llegó junto a John Marti, que es su empleado, la llave ya no abría. Su abogado les dijo que llamaran a un cerrajero y cambiaran el paño. A continuación, llegó la Guardia Civil, avisada por el propietario. «Vieron que todo está en regla. Tenemos un contrato firmado y queremos sacar adelante este negocio», explicó este empresario que tiene una radio (Heat FM) y un periódico (The Weekly Buzz). «Me he gastado 7.000 euros en acondicionar el local y tengo un contrato. No me voy a ir sin más», afirmó.
El propietario aseguró que el contrato es nulo y que ha enviado un burofax a los inquilinos para anunciarles que está rescindido. Los ha denunciado ante la Guardia Civil por forzar la cerradura. Afirma que el contrato estaba supeditado a que la comunidad de vecinos (es el edificio Atlántico) autorizara la instalación de una antena en la azotea. Just sostiene que la comunidad no ha dado permiso.
El conflicto ya está en los tribunales. El inquilino avanzó que ayer mismo su abogado presentó en el juzgado de Dénia una querella por intimidación contra el propietario que, a su vez, ha interpuesto denuncia ante la Benemérita.
