Una cosa es la confianza y otra dormirse en los laureles. El anterior gobierno del PP en Dénia no estuvo muy afinado al presentar al Consell los proyectos del Plan Confianza. Lo hizo tarde y mal. Y el actual gobierno local (PSPV y Compromís) ha tenido que correr para subsanar las deficiencias. Se encontró con que la Generalitat devolvió al ayuntamiento nueve proyectos que suman 5,5 millones de euros. Otros cinco proyectos por un importe total de 1,5 millones ni siquiera se llegaron a presentar. Al gobierno de la popular Ana Kringe solo le dio tiempo de adelantar una de las obras, la de asfaltado de las calles en mal estado (991.403 euros). Y el Consell la licitó, pero con tan mala pata que el concurso quedó desierto. Ahora debe convocar una nueva licitación.
Mientras tanto, el tiempo se echa encima. Los municipios más perezosos tienen de plazo hasta el 31 de diciembre de 2016 para acabar las obras del Plan Confianza. De lo contrario, pierden las subvenciones. Dénia, si ese plazo fuera inamovible, ya podría olvidarse de los 8 millones que le tocan (ya se gastó uno en la maqueta del teatro La Nau luego desechado).
El alcalde, Vicent Grimalt, y el edil de Educación y Cultura y primer teniente de alcalde, Rafa Carrió, de Compromís, denunciaron ayer «la dejadez» del gobierno local del PP. Grimalt dijo que el ejecutivo de Kringe contrató a técnicos externos para redactar proyectos que no han pasado el filtro de la conselleria. «Muchos de esos técnicos ya han cobrado y otros están tocando a la puerta para hacerlo», advirtió.
El alcalde anunció que ayer mismo se enviaron al Consell los proyectos corregidos de la reurbanización de la calle Sant Francesc, que es la que sube al castillo (367.731 euros); las mejoras de iluminación y señales del castillo (400.000 euros), la reurbanización del Camí del Cementeri (542.648 euros); la reurbanización de las calle Sandunga, la Mar y Colón (2,25 millones en total); la rehabilitación de la antigua lonja (991.403 euros), y la reurbanización de la plaza Arxiduc Carles (886.134 euros). El Consell los aprobará en diciembre y adjudicará las obras en julio. Pero el gobierno local no quiere poner Dénia patas arriba en pleno verano. Por tanto, las obras empezarán ya en septiembre. Deberán hacerse a contrareloj.
El próximo otoño será de zanjas por doquier. El alcalde aseguró que el Consell no se va a poner tiquismiquis con ese plazo del 31 de diciembre de 2016. Dijo que bastará con que las obras estén comenzadas para no perder la subvención.
El proyecto más atrasado es el de la nueva estación de autobuses. Ni siquiera se sabe aún donde irá. La ubicación de Torrecremada que decidió el PP era inviable, ya que es una zona inundable. El munícipe adelantó que la próxima semana desvelará el nuevo emplazamiento.
