Las rehalas de perros recorrieron en la mañana del sábado de cabo a rabo la ladera de la Ombria de la Granadella de Xàbia. Allí se esconden muchos de los jabalíes que en los últimos meses han destrozado cultivos, dañado jardines privados de chalés (entran a beber agua en las piscinas) o han causado accidentes de tráfico al corretear de noche por las carreteras. Los cazadores de Xàbia (también algunos de pueblos vecinos) acudieron a esa nueva batida que perseguía reducir la sobrepoblación de estos animales. Los perros los sacaron de sus escondrijos y los cazadores esperaron, apostados sobre las rocas y con el dedo en el gatillo, en la cresta de la Granadella. Para ellos, la mañana fue excelente. Abatieron trece jabalíes, dos de ellos de considerable tamaño. El pasado año, en otra batida llevada a cabo por estas mismas fechas, se cobraron ocho piezas. Esta vez también mataron dos zorros.

La batida, organizada por el Club de Cazadores la Unión de Xàbia, contaba con todos los permisos. La policía local cerró los accesos a la montaña pública de la Granadella. Los senderistas y los ciclistas de montaña acostumbran a recorrer las sendas y caminos de este paraje litoral. Además, los cazadores recibieron instrucciones muy precisas: no debían disparar ladera abajo, pues allá están las urbanizaciones de les Cansalades.

Precisamente, el hecho de que este paraje linde con urbanizaciones explica que los jabalíes busquen comida y agua en contenedores de basura y en las piscinas de los chalés.

Los cazadores, además de esta batida, realizan esperas y ganchos. En el último año, han diezmado considerablemente la población de jabalíes. Se han cobrado casi un centenar de piezas.