Más que una inauguración fue un exorcismo. El actual alcalde de Xàbia, José Chulvi, del PSPV, heredó en 2011, en su primer mandato, un «fantasma», un edificio concebido como ayuntamiento y construido al mismo tiempo que los aparcamientos ruinosos del centro histórico. Se terminó en 2008 y hasta ahora había estado cerrado. Costó 6,6 millones de euros. Y en el anterior mandato,cuando criaba telarañas, el gobierno local llegó a plantear alquilarlo para que aquí se abriera un hotel o una clínica. «Ese edificio se convirtió en un símbolo del pasado, de otro tiempo. Hoy lo ponemos en hora», afirmó ayer el alcalde.

Tras equiparlo gracias a un préstamo ICO de 1,8 millones, el nuevo ayuntamiento se sacudió ayer la maldición de edificio «fantasma». Ya se han mudado la Policía Local, que cuenta con un retén modernísimo e incluso con galería de tiro, y los trabajadores de Servicios, Medio Ambiente y Obras (en breve se trasladarán también los de Urbanismo).

El exorcismo de transformar un edificio sin vida en un ayuntamiento funcional, luminoso y moderno vino acompañado de otro hecho también extraordinario. Por primera vez en años, un presidente de la Generalitat Valenciana pisaba Xàbia en visita oficial. No lo hizo Zaplana, que sí estuvo en el municipio pero en la bendición de las obras del santuario de la Plana del Montgó, ni Camps, que pasó por Xàbia como un relámpago el día de la riada de 2007, ni Alberto Fabra, quien sólo se dejó ver en actos de partido.

Ximo Puig, por tanto, se convirtió ayer en el primer presidente del Consell que firmaba en el libro de honor del ayuntamiento. Visitó el viejo e inauguró el nuevo. El alcalde subrayó que este gesto rompe el aislamiento institucional que ha sufrido Xàbia. Chulvi estuvo reivindicativo. Pidió el Tren de la Costa (Dénia-Gandia), la piscina cubierta que el Consell se comprometió a construir en 2005 y que la gestión sanitario vuelva a ser pública. Puig consideró «coherente» que la Generalitat haga la piscina, dijo que aspira a que el Estado transfiera a la Comunitat las competencias de cercanías para desbloquear el Tren de la Costa. De la sanidad, aseguró que no consentirá que la concesionaria actúe «de forma cicatera».