«No tiene sentido cerrar la piscina. Es tirar el millón de euros que costó». Mariah Rivera es una de las usuarias de la piscina de Els Poblets que no se resigna a que el gobierno local (Compromís, PSPV y un grupo independiente) clausure esta instalación climatizada, inaugurada hace sólo 5 años. «En Els Poblets hay muchos jubilados extranjeros que si conociesen que existe la piscina vendrían seguro. Creo que el alcalde [Salvador Sendra, de Compromís] no quiere promocionar la piscina», critica esta vecina, que considera que se puede revertir el déficit anual de 108.000 euros que en 2015 dejó la instalación.

De hecho, resulta sorprendente que esta piscina cubierta, que costó 1.063.000 euros (la diputación financió el 95 %), no termine de arrancar. El baño libre vale 2 euros (1 euro para los mayores de 65 años), el bono mensual 18 euros y el anual, 100. Es difícil encontrar precios más competitivos. De ahí que los usuarios insistan en que, con promoción y patrocinios privados, el ayuntamiento enjugaría las actuales pérdidas.

Además, inciden en que todas las piscinas de la comarca están funcionando. «Pero aquí muchos vecinos alemanes e ingleses ni siquiera saben que existe», indica Mariah, que afirma que, al cerrarse, «todos perdemos calidad de vida».

Y la piscina también es un espacio eductivo. Los alumnos del colegio de Els Poblets acudían un trimestre a natación, actividad que la AMPA quería incluir el próximo curso como extraescolar. Ahora la escuela de natación, galardonada por el Consorci Esportiu de la Marina Alta como la de mayor progresión, se disolverá. Sus 25 nadadores se quedan tirados.