El «A», un megayate diseñado por Philippe Starck y valorado en 232 millones de euros, ha fondeado esta noche en el litoral de Dénia y esta mañana, sobre las 12 horas, ha encendido sus motores y ha puesto rumbo hacia la reserva marina del cabo de Sant Antoni y el litoral de acantilados de Xàbia. La embarcación, de 119 metros de eslora, 19 de manga y construido con aluminio, está inspirada en el «Nautilus» del capitán Nemo. Pertenece al millonario ruso de 44 años Andrey Melnichenko, quien figura en el número 172 de la lista Forbes de las grandes fortunas del planeta.

Menichenko ha trasladado a este magayate su excéntrica personalidad. Un detalle: la cama del lujoso camarote principal (el dormitorio tiene 230 metros cuadrados) gira 360 grados. Así, el millonario y su esposa Aleksandra puedan elegir, sin levantarse de la cama, la vista que quieren contemplar en cada momento a través de las cristaleras.

El barco tiene un diseño futurista. Su afilada proa remite a la del «Nautilus», de la novela de Julio Verne «Veinte mil leguas de viaje submarino». Como el submarino del capitán Nemo, el megayate de Menichenko puede abrirse paso entre bloques de hielo. En el Mediterráneo, no hace falta tanto. Eso sí, el barco tiene una potencia extraordinaria. Puede navegar a una velocidad máxima de 23 nudos. De autonomía tampoco va corto: puede surcar el mar sin repostar durante 12.000 kilómetros.

El barco cuenta con helipuerto y tres piscinas, dos de ellas interiores y una tiene un fondo de cristal que es el techo de una discoteca. En sus entrañas, el megayate aloja dos barcos más que ya los quisieran para ellos muchos millonarios. Son de estilo deportivo y la cubierta está chapada de madera. Le dan un aire a las lanchas de los actores que en los años 50 y 60 navegaban por la Costa Azul.