Un velero de 11 metros se hizo añicos en la madrugada del viernes al sábado al estrellarse contra la escollera del puerto de Dénia. El barco estaba fondeado, pero el temporal rompió el anclaje. El velero chocó contra las piedras de la escollera y se fue a pique. Sus ocupantes, un matrimonio con dos hijas pequeñas, lo abandonaron a toda prisa. El vigilante nocturno del varadero Port Dénia les ayudó a salir. No pudieron llevarse nada del barco.

Esta mañana responsables de la Autoridad Portuaria supervisaban la retirada de los restos de la embarcación. Una gran grúa trataba de sacar el casco, que está hecho pedazos. Pero la tarea era muy complicada. Un buceador buscaban un punto donde enganchar el brazo de la grúa.

Dentro de la embarcación, había incluso grupos electrógenos. Quienes supervisaban los trabajos han comentado a este diario que los dueños del barco ya no lo han reclamado ni han acudido a hacerse responsables. También han indicado que los restos suponen un peligro para la navegación y que, por eso, urge retirarlos. En la escollera, quedaban desperdigados trozos de madera, chalecos salvavidas e incluso zapatos.