El castillo de Dénia esconde más de un palacio. Ahora se va a restaurar la escalinata renacentista del Palau del Governador, que en el siglo XVII mandó construir el Duque de Lerma y V Marqués de Dénia y que fue destruido en la guerra de Sucesión. Pero, antes de iniciar las obras de restauración, los arqueólogos han dado con el palacio primigenio. Y se construyó nada menos que en el siglo XI, entre 1070 y 1100, a finales de la taifa de Dénia y en los albores de la época almorávide. Las excavaciones, dirigidas por el arqueólogo Josep Marqués, han permitido sacar a la luz una estructura de planta rectangular con dos torres circulares en dos de sus ángulos. Es todo un descubrimiento. La plataforma del castillo ya se excavó en 1985, hace 31 años. Entonces se documentó el palacio del siglo XIV, el Palau Vell del primer conde de Dénia, sobre el que luego se edificaría el renacentista. De la alcazaba andalusí del siglo XI, había referencias documentales, pero no materiales. Ahora los paramentos, así como restos de cerámica, confirman que las clases dominantes de Daniya habitaron la cima social y física de una ciudad cuyo urbanismo siempre ha gravitado en torno al castillo.

El arqueólogo y director del Museo de Dénia, Josep A. Gisbert, explicó ayer que, mientras que el recinto es de época almorávide, las casas interiores son ya almohades. Las viviendas se levantaron con piedras y no con el humilde tapial, lo que trasluce que aquí estaba el poder de la ciudad. Con todo, el palacio del emir y el del gobernador se levantaron en otros puntos de la ciudad.

Del palacio de hace casi mil años, existe una reveladora referencia en la obra del famoso geógrafo árabe Al-Zuhrí, quien vivió en el siglo XII. Dejó escrito que en Dénia hay «un gran castillo llamado Qasr al-Hubur, que no tiene parangón». El geógrafo aludió a un problema todavía muy actual: «Sus habitantes [de Dénia] tienen los rostros amarillos a causa de las algas que les arroja el mar a la orilla, formando grandes montículos cuyo olor sube hasta ellos y les arrebata la belleza de sus rostros y les produce delgadez y palidez». El mar sigue sacando algas a las playas de Dénia. Lo de la tez cetrina sí es cosa del pasado.

La restauración de la escalinata y la la fachada sur del palacio renacentista la dirigirán los arquitectos Julián Esteban Chapapría, quien ayer explicó los detalles del proyecto, y Elisa Moliner, expertos ambos en patrimonio. Las obras se acabarán el próximo mes de enero.