El litoral de Calp (en general, el de toda la Marina Alta) es un gran yacimiento arqueológico. Hay hallazgos imprevistos y que están al alcance de la mano. Muchos bañistas de la playa de la Fossa ya han contemplado con sus propios ojos el «esqueleto» de madera. Está a escasos quince metros de la orilla. Bastan unas gafas de snorkel para maravillarse con un pecio que, sin duda, tiene sus años. Sobresalen de la arena las cuadernas del casco de una embarcación que debió tener unos 12 metros de eslora.

El concejal de Playas, Jan Van Parijs, avanzó ayer que el ayuntamiento ya ha avisado del hallazgo al Centro de Arqueología Subacuática (depende de la conselleria de Cultura). «Cuando pase el verano y no haya tanta gente en la playa, realizarán una intervención arqueológica y valorarán de qué época son los restos», dijo el edil, que apuntó que podrían pertenecer a un antiguo barco de pesca. El concejal precisó que, tenga la antigüedad que tenga, este pecio puede convertirse en un atractivo turístico más en un municipio con un extraordinario potencial arqueológico (cuenta con los yacimientos dels Banys de la Reina y de la Pobla d'Ifac).

Descubierto hace diez días

El pecio lo descubrió hace unos diez días Juan Luis San Nicolás, que es el coordinador del servicio de vigilancia de playas, que presta la empresa Eulen. «Estaba inspeccionando las balizas y encontré el esqueleto de madera. He realizado aquí inmersiones muchísimas veces y nunca lo había visto», explicó.

Este invierno no ha habido grandes temporales. Pero el caso es que los restos del navío han quedado ahora parcialmente desenterrados. Las costillas del casco han salido a la luz, aunque la quilla sí sigue enterrada. «Se ha corrido la voz y los bañistas se meten incluso con la GoPro para grabar el barco», señaló San Nicolás.

Los bañistas, por lo espectacular de las cuadernas, fantasean con que estos restos pertenezcan a un barco vikingo.

Fondeadero romano

Lo que sí se sabe es que la playa de la Fossa, que fue un fondeadero natural desde la antigüedad (se han hallado cepos y anclas romanas), arrastra una dramática historia de naufragios. El pecio ahora descubierto podría ser el de uno de los tres pesqueros que se fueron a pique en la Navidad de 1926. Los barcos, antes de que se construyera el puerto calpino en 1957, fondeaban en esta playa, en la del Racó y en la del Bol. En la citada fecha, un fuerte temporal hundió los pesqueros Pepe Estrela, Vicente Mosquit y Pepe Corrales. Antes, en 1881, encalló en la Fossa un buque inglés. Años después embarrancó el baladre Sagrario. Y en 1931 encalló en la Fossa el pailebote Lezo, que transportaba cemento de Barcelona a Cartagena. Llevaba la bodega cargada de carburo, que estalló con gran violencia. El barco se incendió y murió toda su tripulación.

Ahora, el hallazgo de un pecio a nada de la orilla saca a la luz toda la historia, a veces dramática y siempre dura (la pesca lo es), de una playa que ahora es un hervidero de turistas.