La excursión a la Cova Tallada engaña. Los turistas piensan que es un paseo. Pero la senda, por escarpada, se las trae y el acceso a la gruta es peligroso. De ahí que los rescates sean el pan nuestro de cada día. Y es literal. Los bomberos tuvieron que evacuar ayer en helicóptero a una senderista de unos 70 años que sufrió un golpe de calor y se desvaneció. Mientras, los socorristas de la UTE Salvamar asistieron a un joven de 16 años que sufrió una lipotimia mientras practicaba kayak. Lo evacuaron en moto de agua. Estos dos rescates se suman al de la tarde del martes, de una turista de 58 años que se fracturó el tobillo. También fue evacuada en helicóptero por los bomberos. La anciana del golpe de calor ya se encontraba mejor cuando aterrizó en el parque de bomberos, donde esperaba la ambulancia para llevarla al hospital. El chaval fue atendido en el centro de salud dianense.